Un año del "Modelo Castillo"
El 28 de julio cumpliremos un año con Pedro Castillo como presidente. Ha sido un año que se ha pasado volando en términos personales, familiares y sociales pero lentísimo en términos políticos. Cada semana, cada mes, cada cierto tiempo “queríamos” que algo cambie, que las cosas mejoren, que se acabe esta interminable decadencia en la que nos encontramos. Pero esto no pasó. Estamos peor que hace un año gracias principalmente al presidente Castillo y su entorno.
Si algo “positivo” podemos sacar de su gestión es que nos ha mostrado en la práctica, de manera perfecta, cómo se aplica el manual del presidente populista latinoamericano. Castillo ha sido el mejor profesor de populismo que hemos tenido. Nos enseño lo que no se debe hacer para sacar un país adelante y lo que sí se debe hacer para destruirlo. Repasemos su extraordinaria cátedra módulo por módulo.
1. Mantén al pueblo lleno de promesas pero vacío de trabajo y comida. Cada vez que pudo, Castillo mintió, cada vez que pudo prometió y no cumplió. En un año de gobierno realizó 18 “consejos descentralizados”, reuniones informales en las que solo participaron sus aliados y la prensa que quería dejar entrar. Gastó casi 30 millones de soles en ellas e hizo más de 210 promesas que nunca cumplió, repito, nunca cumplió.
2. Júntate con alcaldes frecuentemente pero no para algo importante, sino para premiarlos o darles comida. Castillo ha tenido 11 reuniones públicas con alcaldes distritales y provinciales. Generalmente la dinámica fue inaugurar algo, premiar a alguien o llevarlos a Palacio a comer rico. Aquí vale la pena recordar que en un año la familia del presidente y su entorno mas cercano gastaron 3.8 millones de soles en comida: no más pobres en un país rico, con el dinero de los contribuyentes.
3. Inventa feriados aunque la economía agonice. Además de los feriados ordinarios, el gobierno de Castillo ha decretado 7 feriados más durante el año. Cada vez nos parecemos más a un país europeo en este aspecto, aunque sabemos muy bien que somos la mona de Nicomedes, que se viste de seda pero mona se queda.
4. Cambia 59 veces de ministros. Hemos visto pasar ministros terroristas, abusadores, mafiosos, corruptos, pegalones, jüergueros, y aún así no nos indignamos. Hoy en día ser ministro ya no es un honor ni un mérito, estamos jugando con el equipo D cuando deberíamos tener a la selección principal en estos cargos.
5. Llena la alta dirección del Estado con mas de 100 personajes indebidamente contratados de los cuales 40 se mantienen aún en el cargo (se calcula que la alta dirección del Estado tiene entre 300 y 350 funcionarios). Sin darnos cuenta, cargos sumamente importantes han sido ocupados por gente incapaz, sin el currículum adecuado, con conflictos de interés, hermanos, familiares, paisanos de Castillo o sus amigos. Este es un ingrediente esencial del “Modelo Castillo” de gobierno populista.
6. Manipula el sistema de inteligencia del Estado (¡!), mete a paisanos, compañeros de clase, y que ellos contraten a sus hermanos y a sus hijos para que ocupen cargos absolutamente sensibles. El sistema de inteligencia debería defender los intereses del Estado, pero Castillo ha logrado que defienda sus intereses personales.
7. Intervén con pagos y amenazas los ascensos en Fuerzas Armadas y Policía Nacional para desbaratar toda estrategia contra el crimen organizado, es decir contra el crimen que Castillo como presidente organiza. Son 4 las investigaciones abiertas contra el presidente y 14 en total contra sus familiares y actores más cercanos, algo nunca antes visto en nuestra historia. Pero con el sistema de inteligencia a tu merced, es imposible que el Ministerio Público, la Policía o el Poder Judicial puedan avanzar en ellas.
8. Esconde y mantén bajo 4 llaves tus reuniones, visitas y encuentros en Palacio, en una casa en Breña, en una casa en Asia, en una casa en Chorrillos, en otra en Surquillo, o donde sea. Esta es parte integral del “modelo Castillo” de gobierno. No importan las reuniones públicas, importan las reuniones clandestinas. Ahí se juega el partido y Castillo lo sabe.
9. No dejes de deslindar de la corrupción aunque seas corrupto, de decir que te discriminan por ser “del pueblo” aunque nunca te preocupes por “el pueblo”, de negarte a declarar ante la Fiscalía o el Congreso aunque sea tu obligación, de evadir a la prensa una y otra vez y solo dar una entrevista en casi 250 días y al canal del Estado. Paga medios nacionales para que no te toquen, ablanda a los medios progresistas o de izquierda, etc.
10. Finalmente, que no te importe ni un comino tu relación con el empresariado formal, con los gremios, con la oposición o con los que piensan distinto. Deja que el Ministerio de Trabajo y los demás ministerios sigan destruyendo la economía, la propiedad privada, la Constitución, desde abajo, desde cada pequeño decreto supremo, norma o regulación que creas o permites que se cree en el aparato estatal. Olvídate de la inversión pública, las obras, los servicios, eso no interesa ni sirve para nada.
Estas 10 estrategias siempre tendrán éxito en un país como el nuestro, en el que 8 de cada 10 peruanos no paga ni quiere pagar impuestos, en el que la informalidad alcanza el 76% y la pobreza casi el 30%, en el que la mayoría de los ciudadanos no se interesa por la política y sobrevive en un país cada vez más inseguro y violento.
Estas 10 estrategias pintan de cuerpo entero el “modelo Castillo” de ser presidente y es la mejor lección (o la única) que nos ha dejado como profesor. Que nos sirva para votar en octubre, para votar en el 2026, para vigilar el discurso de nuestros políticos, viejos o jóvenes. Saquemos algún provecho de esta etapa oscura de nuestra historia política, que parece no terminará en los siguientes meses.