Castillo: quienes te rodean, son como tú...
De mas está decir que uno se rodea de aquellos en quienes confía, o con quienes empatiza, se identifica, encuentra similitudes, química, aficiones deportivas, intelectuales, o afinidades profesionales. Cualquier entorno humano, económico, familiar, social, o político se forma de la misma manera. Esto no es un constructo teórico, es una verdad, un hecho de la existencia humana.
En un contexto político, a este modus operandi natural al ser humano, se suman solo dos variables más: la presión que pueden ejercer sobre ti para “juntarte” con personas que no te agradan; o, tu necesidad de construir alianzas o pagar compromisos, por lo cual aceptas trabajar de la mano de personas que no conoces, no son confiables o tampoco te agradan.
Bueno, analicemos quienes rodean al profesor Pedro Castillo, dejando a un lado a su principal compañero y colega, el señor Vladimir Cerrón.
El primer ministro, Guido Bellido, fue a Cusco, rechazó la protección policial y montó a caballo junto a sus ronderos, realizando un gesto político importante, pero para nada respetuoso de las actuales reglas de juego en nuestro estado. Su gesto calza con su perfil, un hombre de izquierdas radicales que hoy es investigado por el crimen de apología al terrorismo y que el año pasado, públicamente defendió a los senderistas diciendo que eran “peruanos a los que se debía entender”.
El Jefe de gabinete de asesores del Ministerio de Vivienda, Salatiel Marrufo Alcantara, viene siendo investigado por 3 delitos graves vinculados a la mafia de los “Malditos del Azúcar” en Lambayeque. Y resulta que el fiscal a cargo de su investigación era quien es hoy el actual ministro del interior, Juan Carrasco, magistrado que asumió el cargo sin haber renunciado a su posición de fiscal. De hecho su nombramiento ya tiene un vicio de legalidad y legitimidad, aunque luego haya regularizado su situación.
Braulio Grajeda Bellido, viceministro de gobernanza y ordenamiento territorial de la PCM, está vinculado, muy probablemente a la mafia de los dinámicos del centro, se encargaba junto a Dina Boluarte de la recaudación de fondos para pagar la reparación civil del dulce e inocente Vladimir Cerrón. Es muy cercano a él.
Carlos Zafra, será el nuevo secretario general de MINCETUR sin tener ninguna experiencia en el rubro. Lo suyo era ser un líder militante de Juntos por el Perú, y director de capacitaciones y de ideología del partido. Su nombramiento no es sorpresivo, toda vez que el nuevo Ministro de Comercio Exterior y Turismo es Roberto Sánchez, presidente de Juntos por el Perú, partido que albergó la candidatura de la hoy silenciosa Verónika Mendoza.
Juan Silva, increíblemente todavía ministro de transportes después de 6 días, además de tener deudas por papeletas, ser el propietario de una empresa de transportes informal, acaba de contratar a un director, el señor Alberto Falla, que resultó ser uno de los responsables de la muerte de 34 personas en la explosión de un camión que su empresa había certificado.
Si bien a la joven Natalia Jimenez, la retiraron del cargo de PROVIAS en menos de 24 horas, se tenía que decir que su padre era un amigo muy cercano a Vladimir Cerrón, tan cercano como Braulio Grajeda y varios otros que van asumiendo cargos clave en la alta dirección del Ejecutivo.
El ministro de vivienda, Geiner Alvarado, es investigado por ser accionista de una empresa involucrada en casos de corrupción en la región Amazonas. El ministro de agricultura es un bachiller sin experiencia en el sector. Anahí Durand, secretaria personal de Verónika Mendoza está casada con un ex terrorista chileno que fue expulsado del país, y ha acudido a diversos eventos de propaganda ideológica en la que se encontraban ex miembros del MRTA o personajes vinculados al terrorismo.
El ministro de trabajo, Iber Maraví Olarte, aunque lo niega, al parecer tuvo vínculos cercanos con el MOVADEF, ala política de Sendero Luminoso, de la cual surge el sindicato que fundó Pedro Castillo y que acaba de ser inscrito legalmente por el mismo Maraví a menos de 4 días de haber asumido el cargo. Maraví Olarte es reconocido como secretario de juventudes, ideólogo y activista de Movadef en Ayacucho. Además, era calificado en su tierra como la reserva moral del periodismo, por difundir los ideales del grupo senderista en una emisora local (Caretas, 31 de julio)
Finalmente, Walter Ayala, ministro de defensa, fue expulsado de la Policía Nacional del Perú (PNP) hace muchos años por incurrir en faltas graves contra la moral y la disciplina al negar que conocía a una persona con orden de captura. Aunque luego de diversas batallas judiciales, logró ser reincorporado a la PNP, también se cuestiona su nulo conocimiento del sector Defensa, un sector muy sensible, sobretodo en estos tiempos, en los que ex terroristas, acusados por terrorismo, investigados por apología al terrorismo, procesados por actos de corrupción, o personajes con evidentes conflictos de interés, no solo rondan por el poder ejecutivo, sino que lo copan.
Se dice que todos los gobiernos han hecho lo mismo. Poner a su gente. Es verdad. Se dice que todos los gobiernos tienen este tipo de errores. Quizás. Se dice además que es muy pronto para emitir juicios categóricos, que recién han pasado 6 o 7 días. Es verdad.
Pero lo que no podrán rebatir aquellos que miran con cariño este régimen, no quieren asumir su responsabilidad, o albergan -por alguna razón extraña- alguna esperanza de que las cosas saldrán bien (quizás porque tienen poco que perder), es que nunca antes habíamos visto tantos nombramientos cuestionables, extraños, peligrosos, lejanos a la idoneidad que se requiere no solo para ocupar un cargo público en nuestro país, sino para ocuparlo en este momento, en el que todo está descalabrado, el estado ya funciona muy mal, hay mas pobreza, inseguridad, informalidad, y temor a la muerte debido a la pandemia.
Si en una sola semana, día a día, nos llegan estas noticias, les aseguro que esto se tornará inaguantable más temprano que tarde. No debemos dejar de vigilar. Esto último es quizás, lo mejor que puede estar ocurriendo hoy: la ciudadanía cada vez es más vigilante, sin la necesidad de la prensa o de líderes de opinión. Vigilancia ciudadana, siempre.