Abandonados por... ¿Qué Estado?
Apuro la conclusión con datos: analizamos en la Asociación de Contribuyentes del Perú, que en el 2019 se perdieron S/ 9,460 millones de soles por corrupción a nivel de entidades de gestión subnacional. Entre las regiones que experimentaron mayores pérdidas se encuentran las regiones de Lima, Arequipa, Piura y Junín. Sí, Junín, Perú Libre, Junín.
Además, según la Asociación de Contribuyentes, en promedio sencillo, en los últimos 10 años, los gobiernos regionales peruanos han recibido S/ 40 millones anuales. De los cuales, la mitad se destina al pago de planillas y compensaciones a los trabajadores. La otra mitad debería invertirse en bienes y servicios para la población a la cual sirven, pero nunca lo hacen bien o no lo hacen, simplemente.
Si uno, además, analiza, el nivel de ejecución presupuestal en algunas regiones, este es a todas luces inadecuado. En el 2020, el gobierno regional de Junín no utilizó el 35% de su presupuesto, el de Puno el 32%, el de Ancash el 50%, el de Arequipa el 44%, el de Moquegua el 42%, y el de Cajamarca el 41%. Esto quiere decir que en promedio, de cada 10 soles que estos gobiernos regionales recibieron, no utilizaron 4. Y de los 6 que usaron, 5 se fueron en gasto corriente, burocracia y planilla. Nuestros impuestos no llegan a la gente que los necesita.
Estamos a semanas de la segunda vuelta y el pueblo no entiende algo: así cambie el presidente o el gobierno nacional, sus condiciones de vida serán casi las mismas, en la medida en que aún sus gobernadores regionales y locales serán los mismos. Ellos SON el Estado, la primera línea del Estado.
Si algún abandono real existe en el caso de regiones y zonas rurales, es el de sus propios paisanos que asumen la alcaldía y no saben gestionar el presupuesto que tienen. Y son los mismos pobladores, muchas veces pobres y vulnerables, quienes los eligen porque son sus conocidos, o no entienden qué filtros poner, o porque les prometieron algún puesto, o les dieron algo a cambio de su voto. Abandonados, sí, pero principalmente por sus propias autoridades locales.
Es cierto, como siempre, que uno de los problemas a resolver es el de la capacidad de gestión de los gobiernos regionales y locales, y su interacción con el Ministerio de Economía y Finanzas. Pero los esfuerzos que ha hecho este último en acompañarlos ha sido notorio y no hay avances relevantes. Entonces, el problema de fondo es doble y uno lo conocemos: una ley de descentralización que no funciona.
Pero el otro, insinuado líneas arriba, no se menciona mucho: hay que saber elegir a nuestras autoridades locales, y así tengamos nuevo presidente, hombre o mujer, nos quedan aún dos años de gobiernos locales. La tarea está ahí, hay que mirar a mediano plazo inteligentemente para que los partidos políticos con los mejores cuadros técnicos entren en esa batalla y luchen por ganar la mayor cantidad de distritos que sea posible. La “oferta” que le demos a la población debe ser mucho mejor. Y esa es nuestra tarea. Esa ES la batalla. La batalla por tener unas elecciones regionales y locales con un mejor nivel de candidatos. Ojalá lo anticipemos desde hoy.
Finalmente, la Asociación de Contribuyentes tiene una propuesta muy básica: la “cuota municipal universal”. El impuesto más importante a nivel municipal es el predial; sin embargo, las municipalidades no disponen de un catastro completo, actualizado y en uso. Y luego, nadie paga arbitrios ni mucho menos. Por eso, pensamos que hay que simplificar esta figura e instaurar en los más de 1800 distritos del país una cuota simple de acuerdo al nivel de ingresos promedio del lugar, es decir, literalmente, podría ser de 5 soles o 100 soles o 200 soles mensuales, pero fija, cobrada además con el apoyo de la SUNAT y de las empresas de servicios públicos.
Todos debemos aportar algo. No solo para que se incremente la recaudación de impuestos locales, sino para que se genere un contrato social efectivo y la autoridad tenga que responderle DIRECTAMENTE a sus vecinos, y los pobladores puedan exigirle DIRECTAMENTE a su alcalde, porque ahora sí sentirán que es su plata la que se pone en juego, y no la plata de una entidad abstracta que “está en la capital”. Esto minaría el paternalismo, el divisionismo “Lima – Provincias” y generaría una serie de dinámicas de participación ciudadana muy interesantes. Le quitaría excusas al alcalde, quien ya no podría apuntar el dedo a Lima…
Las elecciones presidenciales ya están a la vuelta de la esquina, pensemos en las regionales y locales. Si las asumimos bien, podrían ser la contención frente a un potencial poder dictatorial, o la esperanza de un país menos desigual, más ordenado y justo.