Bono 70: una nueva relación con el estado
Desde los primeros días de abril, dediqué buen tiempo a evidenciar dos riesgos que luego se volverían peligros y después realidad. Claro está, en el calor de la crisis y con tanta información, difícil posicionar estos cuestionamientos, por más válidos que fuesen.
Lo primero que mencionamos desde la Asociación de Contribuyentes, y yo personalmente, fue que Reactiva Perú era una tubería potente que ayudaría a la gran y mediana empresa (formal y saludable), sin embargo, tenía varios problemas en su diseño.
El más grave es que bancos y empresas tienen incentivos para llegar a acuerdos sin una urgencia de por medio. Es decir, existen empresas que no están en riesgo y ganan créditos baratísimos. Sabemos que algunas le piden a sus proveedores que apliquen a Reactiva para evitar pagar un servicio con su dinero, ofreciéndoles pagar el crédito. Sabemos que no se puede supervisar en qué usan el crédito, dado que lo único que se les pide es firmar un compromiso simple.
Sabemos además que a las empresas pequeñas les es muy difícil aplicar, y a las que lo consiguen les piden pagarés en blanco (así como lo leen), aún contando con la garantía del estado. Finalmente, sabemos que sin un plan de reanudación de actividades inteligente, de poco servirá la liquidez inyectada para que este programa cumpla su principal objetivo: recuperar a la gran empresa para que esta arrastre consigo a todos los que le siguen en la cadena.
Por otro lado advertimos que la tubería de FAE Mype requería varias reparaciones. Muchas fueron atendidas, pero aún opino que si las micro y pequeñas empresas emplean al 80% de la población económicamente activa, ofrecerles un fondo que no alcanza el 10% de Reactiva, es discutible. Por otro lado, FAE Mype avanza lento y varios millones de personas naturales con negocio y micro empresarios no serán atendidos porque trabajan con micro-financieras o cooperativas que fueron rechazadas. Repito, se ha hecho mucho por reparar esta tubería pero es muy pequeña y no tendrá el alcance adecuado.
Dadas estas complicaciones, no podíamos dejar de hacer algo significativo por muchos peruanos que también debían ser atendidos. Pero debía ser algo distinto. Generarle más gasto al estado no es responsable, pero tampoco lo es complicar al ciudadano con trámites irrealizables.
Así, junto con el congresista Daniel Olivares y otros parlamentarios diseñamos Bono 70: un bono reembolsable para trabajadores independientes formales, más de 700 mil peruanos. El 67% de ellos está en sus casas y el 97% ha visto reducidos sus ingresos total o parcialmente. No es una población necesariamente pobre pero es el corazón de nuestra clase media emprendedora. No son micro empresarios, pero brindan miles de valiosos servicios de distinta índole y su principal capital de trabajo es su talento.
Como es evidente, no nos convencía ninguna de las dos fórmulas descritas para atender a esta población, y entonces pensamos en una nueva.
Bono 70 consiste en lo siguiente: si eres un trabajador que emite recibos por honorarios, se evalúa tu promedio de ingresos entre enero 2019 y febrero 2020. Si sustentas que estos cayeron en un 30% entre marzo y abril, serás admitido en el programa. Podrás recibir dos meses un bono equivalente al 70% de tu promedio de ingresos hasta un tope de 5,000 soles en cada ocasión. La banca privada, el Banco de la Nación, o cualquier sistema de dinero electrónico servirá para desembolsar este aporte. A partir de agosto del 2020, en cada recibo por honorarios se te retendrá un 3% para que devuelvas lo que recibiste en su totalidad. Detalles más, detalles menos, la información existe y los canales también, y si bien puede haber un riesgo de “impago”, es algo mayor que el del actual sistema financiero.
Es un mecanismo novedoso que cambia la relación entre el estado y el contribuyente, y los conecta de forma saludable. Asume el compromiso honesto del trabajador formal peruano, ese que está ansioso por salir a trabajar, producir y generar riqueza para los suyos.
Iniciativas así nos muestran que existen políticos abiertos a soluciones responsables y creativas, y que hay una forma transparente de hacer política pública que no pasa por una argolla de amigos que levantan el teléfono, o una bulliciosa contienda televisada de la que resultan peligrosas propuestas populistas.
Bono 70 es una muestra de lo que la Asociación de Contribuyentes buscará hacer este año y en adelante con el Congreso y el Ejecutivo para promover libertad económica, libertad para emprender, libertad para trabajar, y reglas de juego claras para que estado y sector privado vuelvan a preocuparse por lo esencial.