Es urgente. Es urgente.
El llamado a la calma a la población frente al COVID-19, no se contrapone a un llamado a la urgente acción ordenada y rápida del gobierno. Aunque la población debe estar cuidadosamente tranquila, cada funcionario del estado debe estar angustiadamente apurado por contener esta pandemia, minuto a minuto. Es una crisis.
En esta línea, ¿qué es lo que podría hacer este gobierno o su líder para gestionar con una mirada holística una situación así? Algunas propuestas rápidas.
1. ¿Por qué no se integra a la red privada de establecimientos de salud a esta estrategia? El gobierno no puede monopolizar cualquier solución frente a un servicio público. Así no funciona la realidad. En la realidad el sistema estatal de salud es precario y se necesita usar toda la infraestructura y recursos que tenemos. Las redes integradas deberían funcionar hoy mismo, con intercambio prestacional estado-estado y estado-privado. Las pruebas deben hacerse en muchos establecimientos privados y sí, se deben hacer más, como ocurrió en Corea del Sur. Los prestadores privados deben ser responsables y no centrarse en el lucro en una situación así, pero perdemos más dejándolos a un lado que sumándolos.
2. Es momento de pensar en la economía y en la clase media, pero no mañana, hoy. Así, se debe detener cualquier incremento o creación de impuestos, aranceles, regulación innecesaria o carga a cualquier sector productivo. Casi todos están siendo golpeados. Baja la inversión, no se cierran negocios, y conforme crezcan los casos, las empresas van a parar o a bajar la velocidad. Sus oficinas empezarán a trabajar menos. A veces no entendemos que se paga planilla con ventas, transacciones, no con buena voluntad.
3. Es un buen momento para generar incentivos al “teletrabajo” o “home office”. Paradójicamente esta crisis es una oportunidad para hacer esa transición tecnológica / laboral. Pero para eso se debe reducir cargas a las planillas y liberar de obstáculos y pesos la legislación laboral peruana, más identificada con la década de los ochenta que con el nuevo mercado laboral. Quitando impuestos y cargas a las planillas, se alivia mucho al empresario, especialmente al mediano y al pequeño.
4. Deberíamos aprovechar esta etapa de mucha comunicación entre entidades estatales para que las municipalidades distritales eliminen barreras burocráticas a negocios, aceleren permisos para obras, reduzcan fiscalizaciones arbitrarias y corruptas. Si las municipalidades liberan la micro economía, se activa el consumo, y las familias de clase media se mantienen a flote. El MEF debería fiscalizar esto junto con el INDECOPI de una forma más intensa aún.
5. Se podría evaluar dar alguna extensión o aplazamiento de la declaración y pago de impuestos a la renta para personas naturales, independientes, personas con negocio, y empresas medianas o pequeñas. ¡¡No solo a las pequeñas y micro empresas!! Es evidente que uno paga los impuestos del 2019 con los ingresos que se van dando en el 2020 y este año la economía no creció más de 2% en el primer trimestre sin COVID-19. Imaginen cómo será en los siguientes meses.
6. El sector privado tiene un rol clave. ¿Hipotecas? ¿tarjetas de crédito? ¿préstamos personales? Es urgente que la banca privada salga al frente, a diferencia del gobierno, y dé el primer paso, preparando un plan de rescate, solución, asesoría, acompañamiento, a los muchos peruanos y peruanas de clase media que no podrían pagar sus cuotas en los siguientes meses, ya sea porque invirtieron en una casa o un negocio. Ojo con esto. No nos estrangulemos entre nosotros los contribuyentes.
La de cierre. Me comentan que la OMS está vendiendo las pruebas al MINSA, ¿es cierto? Si es así, ¿por qué no están aceptando las pruebas donadas del sector privado? ¿Cuánto cuestan las pruebas? ¿Alguien vigilando esto? ¿Contraloría? Me cuentan también que mientras escribo este artículo, el SEACE está aprobando compras a empresas internacionales en UN SOLO DÍA. Es un milagro, las licitaciones del sector salud en el estado tardan meses, pero a río revuelto, ya saben, detrás de cámaras ocurren las cosas más peculiares. OJO con normas, decretos supremos, compras, firmas, en este tiempo. Todos pensando en el papel higiénico, pero los astutos del estado y el sector privado, siempre están por ahí para aprovecharse.