Transferencias con interferencias...
En el 2020 será mucho más difícil para el Gobierno Nacional “esconder” las ineficiencias de sus entidades en cuanto a ejecución presupuestal. Varios candidatos al Congreso han manifestado que pondrán el ojo en este tema. Asociaciones como Contribuyentes del Perú, seguirán mes a mes este proceso, y los medios de comunicación tampoco lo dejarán a un lado.
En esta línea y para dejar atrás el 2019, Contribuyentes encontró que el año pasado, a diferencia de lo que las cifras dijeron a simple vista, la mala gestión y ejecución del presupuesto público fue primordialmente responsabilidad del Gobierno Nacional (GN).
¿Cómo así? Más de 2,895 millones de soles fueron transferidos a los gobiernos sub-nacionales entre julio y diciembre del 2019, disminuyendo artificialmente su ejecución de 72% a 59% y aumentando también de manera ficticia la ejecución del GN. A continuación, la explicación y detalle de estas “transferencias con interferencias”…
Veamos. Al cierre del 2019, la ejecución del presupuesto de inversión pública, rubro vital para el desarrollo del país, ascendió a 75% en el Gobierno Nacional, 61% en los gobiernos locales y 59% en los gobiernos regionales.
Sin embargo estos datos no son apropiados. Entre julio y diciembre del 2019, como mencioné líneas arriba, el Presupuesto Institucional Modificado (PIM) de inversión pública del Gobierno Nacional fue reducido por el MEF en 8% —más de 1,651 millones de soles—, mientras que para los gobiernos locales, el PIM se aumentó en 17% —2,895 millones de soles— y en los gobiernos regionales en 5% —490 millones de soles—. ¿Qué generó este movimiento? Generó que artificialmente suba la ejecución del GN y se reduzca la de los gobiernos locales.
Sin esta medida, el GN no habría alcanzado el nivel de 75% de ejecución que reportaron a fin de año, sino tan sólo un 69%. ¿Lo harán tan fácilmente en el 2020?
Asimismo, sin esta transferencia con interferencia, los gobiernos locales habrían alcanzado un nivel de 72% de ejecución —12 puntos porcentuales (pps) más— y no el de 59%, que se reportó como dato final del año.
Es evidente que este tipo de modificaciones benefician al GN, que tiene que gestionar menos recursos, y perjudica a los gobiernos locales, que reciben más presupuesto en tan sólo 6 meses. Todos sabemos que transferir dinero en julio o agosto es prácticamente un saludo a la bandera.
Pero esto no es todo. La misma situación se puede apreciar al analizar el total del presupuesto. Entre julio y diciembre, el PIM del Gobierno Nacional se redujo en 4% (4,235 millones de soles). Sin esta reducción la ejecución hubiese sido de 88% —3 pps menos que la observada en diciembre.
El efecto inverso sucedió con los gobiernos locales que, de no haber recibido los 4,337 millones adicionales durante este periodo (14% más PIM) habrían alcanzado un nivel de ejecución de 81% —10 pps más que el reportado como cierre del año—. Si querían quitarse la culpa de la espalda, esta fue la mejor fórmula. Por eso no es coincidencia que en los últimos dos meses del año que se fue, el presidente, ministros y varios funcionarios se dedicaron a responsabilizar a los gobiernos sub-nacionales de los bajos niveles de ejecución global.
No se puede evaluar de manera objetiva el uso del dinero de los contribuyentes en el poder ejecutivo si éste tiene la capacidad de alterar el presupuesto y pasarle la mochila a los gobiernos sub-nacionales sin hacerlo transparente. Al definir la asignación presupuestal de todos los “jugadores”, el MEF y el GN terminan interfirieron (sin malas intenciones probablemente) en la gestión de los gobiernos locales y maquillan sus resultados a lo largo del año.
De todas formas, la ejecución fue tan mala que incluso estos cambios entre niveles de gobierno no modificaron la realidad crítica de la inversión pública, cuya ejecución global fue de apenas 66.4% (de un PIM de S/ 51,078 millones), por debajo de la ejecución de gasto corriente (93.6%) y del pago de deudas (93.9%).
Si analizamos algunos sectores sensibles, se confirma lo expuesto: no es cierto que el Gobierno Nacional posea un desempeño mejor que los gobiernos locales o regionales, sino que aquél ha incrementado su nivel de ejecución artificialmente disminuyendo su PIM y aumentando el de los últimos.
En el sector de Transporte, por ejemplo, la ejecución del PIM en inversión pública alcanzó 68%, donde el GN alcanzó una ejecución de 82%, los gobiernos locales 61% y las regiones 54%. Sin embargo este dato no considera que entre julio y diciembre, se transfirieron más de 976 millones de soles a los gobiernos locales y 409 millones a los gobiernos regionales, mientras el GN redujo su presupuesto en 735 millones de soles. Quitando el efecto de estas transferencias, la ejecución del GN sería de 74% (8 pps menos), y los gobiernos locales habrían ejecutado 72% (9 pps más) y las regiones 63% (9 pps más).
El sector de Agua y Saneamiento se encuentra entre los peores en cuanto a desempeño de la inversión pública, con solo 59% de ejecución de su PIM. A diciembre, el GN alcanzó una ejecución de 68%, los gobiernos locales 57% y las regiones a penas 50%. Sin embargo, esto se debe a que se transfirieron del Gobierno Nacional a los gobiernos locales, más de 423 millones de soles entre julio y diciembre. Quitando el efecto de esta movida, la realidad hubiese sido muy distinta: el GN habría ejecutado apenas 49%, los gobiernos locales 63% y los gobierno regionales 53%.
En el sector salud la ejecución del PIM en inversión pública alcanzó 64%, donde el GN alcanzó una ejecución de 76%, los gobiernos locales 61% y las regiones 55%. Sin embargo, entre julio y diciembre se redujo el PIM del Gobierno Nacional en 243 millones de soles. Quitando el efecto, el Gobierno Nacional habría ejecutado sólo 58% de su PIM, los gobiernos locales 66% y los gobiernos regionales 58%. Pasa lo mismo en otros sectores.
Contribuyentes del Perú seguirá evaluando la ejecución de recursos ordinarios y del canon extractivo en el GN y diversas regiones del país. Además, buscará trabajar de la mano de los gobiernos locales para ejecutar proyectos de inversión en funciones con las mayores brechas y necesidades. Estamos seguros de que el 2020 será diferente en este aspecto. Aunque es un año electoral y estaremos “distraídos” nuevamente con los desafíos del Legislativo de transición, es también el segundo año de gobierno en regiones y distritos, por lo que esperamos que el dinero del estado se use adecuadamente, con foco en aquellos que más lo necesitan.