Si no puedo, pido ayuda...
Hace algunos días se hizo pública la muerte de 30 bebés por falta de incubadoras, equipos y condiciones mínimas en el Hospital Regional de Lambayeque. Tuvo que salir el director del establecimiento a denunciar la indiferencia del Ministerio de Salud (MINSA), quizás desesperado porque en cualquier momento podría ser responsabilizado por esta tragedia. Acto seguido, aparece la ministra y dice, “nos hemos dado cuenta de que falta gestionar presupuesto”. Sin comentarios.
Esta noticia dejará de ser trascendente en unos días, gracias a esta trágica cultura en la que estamos inmersos. ¿Cuándo dejará la prensa de hablar de adelanto de elecciones o confrontaciones políticas y se centrará en evaluar cómo funciona el estado en sus servicios más críticos: seguridad, salud, educación, transporte?
Por otro lado, los ciudadanos testigos no haremos mucho al respecto. Estamos acostumbrados a que el sistema estatal de salud sea precario. Si no nos toca, no nos quejamos. Pero los pacientes, las víctimas, tampoco harán mucho. Les gana el miedo a denunciar los abusos que sufren debido a que tendrían que “acusar” a los administrativos, doctores y enfermeras que lamentablemente volverán a ver una y otra vez. Están entre la espada y la pared.
¿Qué se puede hacer? Veamos una sola primera solución. Según la Contraloría, el 68.8% de las atenciones de emergencia en hospitales pudieron atenderse en consulta externa. Esto significa que nuestros hospitales, establecimientos que deberían tener la capacidad de atender a niños como los que fallecieron o a pacientes con enfermedades graves, terminan atendiendo eventos que no son considerados emergencias (Gestión, 27.08.2019).
Entonces, si esto es lo que está ocurriendo ¿por qué no hacemos algo? ¿por qué, por ejemplo, no sacamos adelante el reglamento para implementar las Redes Integradas de Salud (RIS)? Gracias a él podríamos fortalecer la atención primaria, descongestionar los hospitales, y el MINSA podría apoyarse -de una vez- en los prestadores privados formales de salud, ética y transparentemente, y velar por esa enorme demanda insatisfecha que es incapaz de atender y que será incapaz de atender en los siguientes años.
Es decir, si mueren niños, si faltan medicamentos, si no hay suficientes establecimientos, si millones de personas no tienen acceso a un servicio tan básico como NACER, ¿qué espero para pedir ayuda, apoyarme en lo que tengo a la mano y trabajar de inmediato por quienes más lo necesitan? Si no puedo solo, pido ayuda. Pida ayuda, señora ministra. Usted no tiene por qué distraerse en el adelanto de elecciones, su trabajo consiste en velar porque los peruanos nazcan, vivan, y estén sanos. Nada más.