Soñando a mis políticos...
Si te preguntaran cómo quisieras que fuera “tu” político peruano, ¿qué cualidades tomarías en cuenta? Seguramente varias: honestidad, capacidad de gestión, visión de estadista, esfuerzo, apertura al diálogo, liderazgo, sensibilidad social, y muchas más. Yo te propongo resumir todas estas cualidades en tres elementos. Y así, paso ingenuamente a “soñar” a mi político peruano.
1. Vocación de servicio. Es sabido que aquél que se siente “llamado” a la política (excluyo al que se mete en política por razones espurias) siempre transmite esta extraña mezcla de ganas de figurar, anhelo de trascender y preocupación social. Nunca se sabe cuál de estos tres ingredientes es más fuerte. Obviamente, trata exageradamente de resaltar lo tercero, pero es fácil detectar el placer que experimenta cuando los reflectores lo apuntan, o aparece en la foto con aquella ley o norma que él (y principalmente él) se encargó de empujar.
Sin embargo, es necesario recordar que lo que tiene en la cabeza lo trae de casa, lo carga desde el nido. Es un árbol cuya forma se terminó de delinear cuando tenía 6 años. Entonces, necesitamos políticos virtuosos, que vengan de familias sólidas, de colegios decentes, que busquen reflectores y trascedencia, está bien, pero a costa de servir concreta y constantemente al ciudadano, pagando el precio de pensar y actuar por el bien común, no por su conveniencia individual.
Sé que varios liberales algo confundidos criticarán que esto es imposible porque dentro de su equivocada antropología, asumen que el ser humano está “determinado” por una aproximación individualista. Tardaría mucho en explicarlo pero creo que existe una falsa oposición entre una mirada individualista y una social (simplificando términos). Ambas pueden reconciliarse en el ser humano, y creo incluso que está en su naturaleza pensar en sí mismo y a la vez pensar en los demás (cuando uno es padre, experimenta esta misteriosa síntesis de dar y recibir a la vez).
2. Formación e información constante. Sueño con un político que esté bien formado e informado. Si bien es cierto, el Congreso actual es el ejemplo típico para resaltar la ignorancia del político peruano, les aseguro que encontrarán individuos parecidos en muchos ministerios, gobiernos regionales, locales y otras entidades públicas. Nuestra clase política, nuestros funcionarios políticos están muy mal formados e informados.
El político que sueño debe querer fervientemente estar siempre formado e informado sobre las mejores prácticas y aproximaciones técnicas de vanguardia; debe comparar, criticar, buscar evidencia, escuchar, conversar con la academia, con el sector privado. Debe querer ser y parecer más inteligente que el analista, el periodista o el académico que supuestamente le marca la agenda. Solo así podrá cargar sobre sus espaldas no solo la potestad, sino también la autoridad de estar al mando. Tendrá poder y legitimidad.
3. Voluntad de acción. Es desesperante como los asesores de imagen y comunicación se comieron, digo más, se atragantaron devorando a nuestros políticos. Los asustaron con las redes sociales. Los asustaron con la prensa. Los asustaron con los “conflictos” sociales. Los asustaron con los organismos internacionales. Los asustaron con los fiscales. Los asustaron con la Contraloría. Los asustaron, los asustaron y los asustaron.
No conozco ser humano que no haya cometido errores en su vida. Yo soy uno. Tú también. Y si hoy ya no los cometes, si tus errores son parte del pasado, y para colmo no te inhabilitan para servir en el estado, para hacer cosas buenas, para salir a dar la cara y proponer, defender, actuar… ¿Por qué, Señor de Muruhuay, tienes tanto miedo? Me dicen varias personas que hoy los políticos y funcionarios que “firman”, andan más preocupados del mismo estado que de los mencionados actores externos. Es así. Pero entonces, díganme qué hacemos. Necesitamos políticos que se muevan, que actúen, que hagan, que cambien, que mantengan, que lideren, qué se peleen un poco, qué defiendan sus leyes, sus normas, que debatan.
Termino. Debemos repensar la política en este sentido. Un político con estas características, mujer u hombre, puede ser liberal, conservador, progresista, de cualquier línea. Creo que la ciudadanía y el sector privado deben abrir los ojos y perderle el miedo a cualquier “elite” o “fuerza de choque” que trate de someter a nuestros políticos bajo el yugo del miedo. Sus intenciones son claras: quieren poner a los políticos que estarán de su lado, y eso no es aceptable.
Creo que hoy sabemos bien quiénes tienen el poder de los medios, las redes y, por supuesto, las agallas de nuestras más altas autoridades. Bueno, hay que romper ese bloque que infunde miedo y exigirle al político de hoy, no al de mañana, que sirva, que se forme y que actúe. Los peruanos queremos trabajo, oportunidades, libertad para emprender, salud, educación, y soñamos con una vida feliz para nuestros hijos, pero los necesitamos, queramos o no.