Dos pedidos para el "Colorao"
Querido “Colorao”, virtual alcalde de Lima. A diferencia de las elecciones presidenciales del 2016 en las que la polarización, la violencia, y el anti-voto marcaron la pauta, las elecciones municipales en Lima Metropolitana fueron distintas. Los personajes pintorescos, las victimizaciones y alguno que otro golpe bajo, no empañaron el proceso. Y eso te pone en una posición muy positiva.
Sabemos que no tienes un presupuesto adecuado, pero también que hay mucho por hacer sin la necesidad de grandes obras de infraestructura. Sabemos que junto a ti hay 42 alcaldes distritales con una agenda particular, pero también que cuentas con el apoyo de la ciudadanía y la prensa para implementar reformas que prioricen al ciudadano, en vez del trámite disperso e ineficiente. Sabemos, finalmente, que la seguridad ciudadana y la reforma del transporte no dependen exclusivamente de ti, pero también que ningún ministro, congresista o político estará en contra de reformas o iniciativas que sirvan para solucionar estos problemas.
En conclusión, con ocho años de experiencia municipal, un historial bastante limpio, un partido político que algo de solidez te puede brindar, y la buena vibra de periodistas, líderes de opinión y otros tantos “influencers”, tienes una gran oportunidad política y técnica. Te dejo a continuación dos iniciativas que no tuvieron la suficiente exposición, pero que me parece deberían estar en la primera línea de prioridad.
La Costa Verde. Une 6 distritos de la capital y congrega a millones de limeños. Es evidente que requiere una autoridad única y un plan integrado. Bueno, lo peor de todo es que ya existe la autoridad y ya existe el plan (Aramburú Menchaca fue el primero en soñar en una Costa Verde del primer mundo en los años sesentas!), pero ningún alcalde de Lima ha tenido la voluntad política y la capacidad de diálogo para poder desarrollar este espacio.
Así, la Costa Verde sigue estando sub-explotada. Su potencial es enorme. Se necesita inversión privada, planificación inteligente, una visión unitaria y podríamos tener algo que pocas capitales del mundo tienen. Es más, si la costa limeña se expandiera con vías adecuadas, un vecino del Callao podría llegar a las playas del sur en menos de 40 minutos, y lo mismo en dirección contraria si un vecino de Chorrillos quisiera visitar el Real Felipe o el centro histórico del Callao. Vamos Colorao, anímate. Esta es una reforma de software y de hardware, pero estoy seguro de que la ciudadanía y el empresariado estarían felices de apoyar. Los alcaldes involucrados en el proyecto, por su parte, deberán ceder. La Costa Verde no es su playa, es la playa de todos los limeños.
Un nuevo contrato social. Desde el nacimiento del Estado Peruano, el gobierno central acaparó la recaudación de impuestos y por lo tanto la manutención de las regiones. O no permitía que las regiones recauden por su cuenta (por temor a que surjan caudillos que tienten “la corona limeña”) o aprovechaba los grandes “booms” primario-exportadores (de guano, salitre, caucho, petróleo, minería, o lo que sea) para destinar con un esquema de decisión centralista, cuánto dinero debía ir a cada región. Así, el peruano nunca se acostumbró a tener una relación directa con su autoridad local, y las autoridades locales nunca aprendieron a gestionar nuestros recursos.
Ese contrato por el cual el contribuyente paga y la autoridad devuelve ese pago con servicios de calidad, nunca se firmó.
Pero para entablar una relación renovada entre ciudadano y alcalde, para firmar un nuevo contrato social, hay reformas que realizar. La recaudación debe funcionar, las amnistías desaparecer. La SUNAT debe colaborar con las municipalidades en este sentido. Los alcaldes -tú el primero- deben tener un canal abierto con el ciudadano, con el empresario. Muchos trámites y normas deberían homogeneizarse, ser más predecibles, ser menos engorrosos. Esta es una reforma del “software” municipal que tú, Colorao, deberías encabezar.
Nace una nueva oportunidad para Lima. Hemos elegido al mejor candidato y a quien ya fue un buen alcalde. ¿Por qué no ayudarlo a que Lima se convierta poco a poco en lo que todos queremos: una ciudad amigable, idónea para nuestros niños, limpia, segura, integrada, fácil para la inversión y difícil para la corrupción?