¿Cambios en la Reconstrucción?
El equipo de Contribuyentes por Respeto – CpR acaba de terminar un primer análisis sobre el proceso de Reconstrucción con cambios en 3 regiones del país: Lima, Piura, y La Libertad. La idea fue evaluar la eficiencia en el gasto público, pensando en que una catástrofe de tal magnitud no vuelva a ocurrir. Se trata de garantizar que la burocracia y la falta de prevención no vuelvan a dejarnos como saldo más de 650 mil damnificados.
En aquellas tres regiones se concentraron el 68% de damnificados, el 55% de viviendas inhabilitadas, el 54% de colegios dañados, el 45% de establecimientos de salud destruidos, el 58% de caminos rurales y el 55% de carreteras destruidos, y el 48% de tierras de cultivo dañadas. Nada menos. Y la conclusión es evidente: si se hubiesen invertido los recursos de forma eficiente, los efectos del Fenómeno El Niño – FEN hubiesen sido mucho menores.
Lo primero que encontramos fue que el presupuesto para gestión de riesgos por desastres naturales del Gobierno Nacional había presentado un incremento exponencial del 2011 al 2015, pasando de s/. 147 millones a s/. 1,519 millones en su punto más alto. Esto supone un incremento en los recursos disponibles para prevención de más de 10 veces. Sin embargo, cuando uno va región por región, la ejecución del gasto en ningún caso supero el 70%, promedio que no es aceptable según los criterios de ejecución del Ministerio de Economía. Aún así, el gasto ha sido altísimo. Solo en encauzamiento y limpieza de ríos se deben haber invertido ya casi 400 millones de soles.
¿En qué se invirtió el dinero dedicado a limpiar y encauzar los ríos? Solo en descolmatación. Las cifras muestran que de las 192 obras realizadas hasta la fecha, en la gran mayoría (en el 87%) solo se realizaron labores de descolmatación (léase limpiar el cauce); mientras que en el 13% restante, además de descolmatar se invirtió en construir defensas ribereñas. Gravísima constatación. Limpiar el río es necesario, pero es como ponerle la alfombra roja al nuevo desborde, no garantiza nada. Construir la defensa ribereña es lo que debería hacerse inmediatamente después de descolmatar. Es aquí donde radica el núcleo de la prevención y no se está haciendo nada significativo al respecto.
Finalmente, hasta el momento, prácticamente la única metodología de defensa que se ha utilizado ha sido la del “enrocado por volteo”, sistema que implica un gran costo de transporte y compra de piedras muy grandes en canteras, el uso de maquinaria pesada y una mínima contratación de mano de obra local.
Por ello, CpR conversó con varios especialistas quienes confirmaron que la descolmatación por sí sola no basta y nos comentaron que en España (la experiencia valenciana nos parece muy contundente), Ecuador y Bolivia, se usa desde hace tiempo el sistema de “gaviones”, un sistema de enmallado que no necesita rocas tan grandes, da trabajo a la población de la zona y garantiza la misma resistencia que las otras soluciones. Según varios ingenieros, para levantar un dique enrocado se necesita un 36% más de recursos y 50% más de tiempo que lo requerido para levantar un muro de gaviones; y para levantar un muro de concreto se necesita 76% más de recursos y 75% más de tiempo.
Hay dos síntomas que nos permiten intuir que una gestión presupuestal es saludable: 1) la presencia de muchas empresas jóvenes contratando con el Estado sin trabas burocráticas ni corrupción. 2) La prueba y el uso de varios sistemas o soluciones tecnológicas para solucionar un mismo problema. Si vamos a gastar en total alrededor de 3000 millones de soles en limpiar y encauzar los ríos, busquemos soluciones eficientes que impliquen un menor costo para el Estado y una resistencia suficiente para el futuro. Hagamos las cosas bien.