No te vayas IED
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó el informe “La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe”. El reporte analiza las tendencias, resultados y efectos de la IED en América Latina y el Caribe (ALC). En toda la región de ALC, el flujo de IED creció 5% respecto al año pasado, situándose en un total de US$ 184,920 millones. Perú se mantiene como el quinto país con mayores ingresos de IED en ALC, aun cuando no somos de los países más desarrollados de la región gracias a nuestro potencial de recursos naturales (ver gráficos). Sin embargo, el flujo ha retrocedido 17% en el último año, con lo que sumó,a US$10,172 millones. ¿Caerá más la IED? Y, de ser así, ¿nos debe preocupar que caiga?
El comportamiento del flujo de IED en un país es explicado por factores externos que escapan a su control y a factores internos que sí dependen de las decisiones del gobierno. En el flanco externo, el contexto actual parece desfavorecernos. La muy comentada desaceleración China ha ocasionado una caída en el precio de los minerales, con lo cual se ha reducido la rentabilidad de los proyectos mineros, aunque sin dejar de ser rentables. Además, el retiro del estímulo monetario en EEUU ha disminuido la liquidez del sistema financiero mundial, por lo que los inversionistas serán más selectivos en sus inversiones en comparación a un par de años atrás.
A pesar de la importancia de los factores externos, tener pesadillas con un posible colapso chino o una quiebra fiscal en EEUU, solo nos sirve para preparar planes de contingencia, pues no podríamos hacer nada para cambiar estos escenarios. Nuestras preocupaciones deben recaer ámbito interno. Si bien nuestra estabilidad macroeconómica provee de buen nivel de confianza a los inversionistas fallar en mejorar la institucionalidad, manejar las políticas públicas, mantener la estabilidad política y aminorar las trabas a la inversión, puede desincentivar el ingreso de mayor cantidad de inversiones. Recordemos que la inversión privada fue el principal promotor del crecimiento de los últimos años y la IED forma parte importante de ella. En 2013 la IED representó un 24% de la inversión privada (US$ 42,056 millones) en el Perú. Tomar medidas de política inadecuadas o no tomarlas producirá irremediablemente que desaprovechemos oportunidades de desarrollar proyectos que contribuyen en gran medida a la generación de miles de empleos altamente productivos.
Asimismo, de manera indirecta, la operación de las empresas transnacionales beneficia a la economía en su conjunto por medio de la exposición a tecnología de talla mundial. No valorar los denominados efectos spillover subvaluaría los beneficios de la IED, en especial en un país que se encuentra en la cola del desarrollo tecnológico.
Por último, las IED juegan un rol clave en el equilibrio de las cuentas externas de nuestro país y en el dinamismo de la inversión privada. Veamos algunos números para entender el primer punto. Durante el año pasado, el déficit en cuenta corriente fue de US$ 9,126 millones, mientras que como se dijo anteriormente, la IED ascendió a US$10,172 millones. Es decir, que gracias a las IED se pudo financiar el déficit en cuenta corriente. La tendencia deficitaria de la cuenta corriente aparentemente no se corregirá en el corto plazo, por lo que gracias a la IED se puede mantener el equilibrio en las cuentas externas.
¿Caerá más la IED? Si bien depende del escenario internacional, también depende de nosotros. ¿Nos debe preocupar que caiga? Claro que sí, el crecimiento, la generación de empleo, el desarrollo tecnológico sectorial y el equilibrio de las cuentas externas dependen de que se mantenga su dinamismo. No desaprovechemos más oportunidades.