Venezuela y la “Suprema Felicidad Social”
Por Verónica Zapata. “A partir de la construcción de una estructura social incluyente, un nuevo modelo social, productivo, humanista y endógeno, se persigue que todos vivamos en similares condiciones, rumbo a lo que decía El Libertador: La Suprema Felicidad Social”. Segunda Directriz para la construcción del Socialismo del Siglo XXI – Proyecto Nacional Simón Bolívar del Desarrollo Económico y Social de la Nación.
Mucho se ha discutido sobre las imágenes de la violencia en Venezuela que vienen inundando las redes sociales. Se ha criticado también la reacción del gobierno peruano sobre el tema por ambigua e insuficiente. Sin embargo, existe un nada despreciable número de “líderes de opinión” que consideran que no es necesario manifestarse en contra de lo que ocurre en uno de los regímenes más representativos del “Socialismo del siglo XXI”. Bajo su lógica, la violencia evidenciada en las últimas semanas y vivida en los últimos años serían daños colaterales de la instauración de un modelo socialista digno de imitar, y en el que la mayoría de los ciudadanos vive (o debería vivir) feliz en un entorno de “justicia social”.
Al respecto, no se debe olvidar que en las últimas elecciones “democráticas”, Nicolás Maduro venció a Henrique Capriles por solo 230,000 votos, es decir, el 49.1% (casi la mitad) de los votantes venezolanos o pedían un cambio de régimen o, al menos, se oponían a la instauración del Socialismo del Siglo XXI-. Ad portas de la última elección en Venezuela, IPSOS publicó en su revista algunos datos interesantes sobre la aprobación de Hugo Chávez y sobre la percepción de los venezolanos sobre este régimen. No hay demasiado que decir al respecto, el gráfico habla por sí mismo: los sectores que más se benefician con los programas asistencialistas (Misiones Bolivarianas) del régimen, son los que más aprueban el actual gobierno de la República Bolivariana de Venezuela (RBV).
Y es que, según IPSOS, los mayores drivers de la popularidad del régimen chavista han estado relacionados con la percepción de las políticas de salud, educación, vivienda y apoyo a la pobreza. Todas ellas brindadas a la población en forma de subsidio asistencial de las “Misiones Bolivarianas” -cuyo alcance se exacerba en épocas pre electorales- y luego, a partir de 2007, apoyadas por el Primer Plan Socialista. Un análisis de las Misiones realizado por ILDIS, señala que “las misiones lograron crear fuertes vínculos políticos con las comunidades que todavía permanecen en la memoria de sus integrantes, aunque no resolvieran en la práctica ni de manera sostenida las causas de la pobreza”, esto a causa de la improvisación de los programas y a la condicionalidad política de los mismos.
El régimen bolivariano se jacta de haber reducido fuertemente la pobreza, pero ¿es tan drástica esta costosa reducción? Según la CEPAL (ver documento), Venezuela disminuyó su nivel de pobreza de 37.1% en 2005 a 23.9% en 2012, logrando así una reducción de 13.2 puntos porcentuales –Perú, por su parte, según cifras del INEI pasó de 58.7% a 25.8% en el mismo período, alcanzando una reducción de 32.9 puntos porcentuales–.
Por otro lado, según IPSOS, las mayores debilidades del chavismo percibidas por los mismos venezolanos son las relacionadas con los malos resultados en la lucha anticorrupción, la falta de empleos, la escasez de medicinas y el descontrol de la inflación. Y para ese entonces, el crimen y la violencia eran un problema latente que hoy se ve exacerbado en las calles. Según un reciente artículo de The Economist, los meses de vida perdidos en Venezuela debido a la criminalidad se han multiplicado por 5 entre 1990 y 2009.
Entonces, con pésimos indicadores macroeconómicos y no tan impresionantes resultados sociales, parecen haberse olvidado estos señores que ofrecieron un modelo “productivo” y no solo socialista, y endógeno en contraposición al modelo capitalista en el que vivían antes de Chávez. Hoy prefieren en cambio un modelo asistencial, sobre la base de las rentas del petróleo, en el que la productividad se va en picada -en sentido opuesto a la inflación (45.5% anual en 2013, según cifras oficiales del INE (ver) y 23.4% en promedio en los 5 años previos del gobierno de Chávez), pero a similar velocidad-.
Hoy se tiene al menos al 50% de los venezolanos en las calles pidiendo la caída del régimen de Maduro; muchos de ellos no se oponen quizás a un régimen socialista, pero sí a uno que tiene una galopante corrupción, un sistema de salud sin medicinas, una igualdad económica sin acceso a bienes de primera necesidad y una educación que te condiciona a aceptar una sola postura política. Porque no toda la mala publicidad al régimen es invento de la CIA, si no, que lo diga el mismo Ministro de Educación del Gobierno Bolivariano de Venezuela en este video.