Confianza en el crecimiento
Por Miguel Palomino. La
actividad económica se está recuperando de la desaceleración que se vivió hasta
mediados del año pasado. Uno de los más importantes indicadores de que esto es
así es la encuesta mensual de expectativas empresariales que publica el Banco
Central (BCR). La recién publicada encuesta de diciembre muestra una mejora
sostenida en la mayoría de las variables que mide, marcando un progreso
continuo desde junio, en que alcanzó su punto más bajo. La encuesta de
expectativas empresariales tiene la ventaja de ofrecer información bastante
reciente (sólo unas semanas de atraso) sobre la situación y las perspectivas a
corto plazo de las empresas y tiene un grado elevado de coincidencia con las tendencias
del PBI. Esto es especialmente cierto si se consideran las cifras
desestacionalizadas del PBI mensual, que nos señalan no el crecimiento respecto
a hace un año sino la tendencia actual de crecimiento respecto al mes anterior.
Como se puede observar en el gráfico 1,
las diez variables medidas en la encuesta del BCR han mejorado desde sus
niveles mínimos a mediados de año, con una fuerte mejora promedio de 6.2
puntos. El promedio de las diez
variables ha alcanzado su punto más alto desde marzo pasado y está a sólo 2.2
puntos de su nivel más alto durante todo el actual gobierno. Coincidentemente,
la tasa de crecimiento del PBI desestacionalizado viene mostrando una
recuperación importante en los últimos meses, como se observa en el gráfico 2.
La recuperación de las expectativas empresariales es un componente
esencial para que nuestro país pueda recuperar y mantener el nivel de
crecimiento económico superior a 6% anual que tuvimos en la década pasada. Con
la mejora que se viene dando en el contexto económico internacional y
considerando la entrada en operación de algunos proyectos grandes este año es
perfectamente posible que crezcamos 6% este 2014; pero esto dependerá de la
manera en que se manejen las políticas públicas relevantes. Si se logra avanzar
en destrabar los numerosos obstáculos que el sector público impone a la
inversión y si se mantienen las políticas orientadas a crear las condiciones
para atraer inversión privada responsable y eficiente, el crecimiento podría
sorprender incluso a los más optimistas. Pero
si este año nuevamente el gobierno se vuelve su propio peor enemigo anunciando
o poniendo en marcha medidas que generen incertidumbre respecto a la dirección
o las prioridades del gobierno se podría volver a desperdiciar una brillante
oportunidad de elevar el crecimiento inclusivo que ha caracterizado al Perú en
la última década.
El MEF está haciendo
notables esfuerzos por lograr los objetivos que mencionamos líneas arriba, y es
de esperar que este año se logren notables avances en este sentido. Un ejemplo
son las recientes mejoras propuestas a la Ley de Asociaciones Público Privadas
(APPs) que son un importante paso adelante. Lo que se debe asegurar es que de
otros sectores del gobierno o en el Congreso no se lancen iniciativas que vayan
en contra del clima de inversión y de estabilidad económica al que nos habíamos
acostumbrado. Contrario a lo que se afirma con frecuencia, los empresarios han
mostrado una enorme confianza en el país pese a la incertidumbre económica y política
local e internacional. Los índices de la
encuesta de expectativas empresariales pueden ir de 0 a 100, y un valor encima
de 50 indica expectativas de crecimiento económico. El promedio de las
variables de la encuesta ha estado claramente por encima de 50 en todo momento
a lo largo de este gobierno y llegó a 58.4
en diciembre, una cifra con la que sólo pueden soñar la mayoría de
países del mundo. Por eso, el Perú ha liderado el crecimiento regional,
incluso en el “mal” año del 2013. Y, por eso, lo debe seguir haciendo si no se
cambian las reglas de juego.