Ya estuvo bueno con el dólar
Por Miguel Palomino. Los
ciudadanos que se informan por los medios deben estar perplejos por los
vaivenes del dólar en los últimos meses. A principios de año oían que el dólar,
que bajaba hacia 2.55 soles, se desplomaría irremediablemente. Hacia mayo,
oyeron un poco entendible anuncio del banco central de los EEUU (“la FED”)
explicaban por qué el dólar había aumentado rápidamente hasta 2.80 y que era de
esperar que el dólar siguiera subiendo fuertemente (ver gráfico). Hoy escuchan que la FED,
ayer, no hizo lo que el mercado esperaba que hiciera y por ello, el dólar cayó
a 2.75 y seguramente caerá más.
La verdad es que la
trayectoria del dólar y las declaraciones al respecto no están
bien sustentadas por los fundamentos económicos. Se explican en parte por
reacciones exageradas y cortoplacistas de algunos participantes en el mercado y
por la cobertura sensacionalista de la prensa.
Hace mucho tiempo ya, la FED tiene una agresiva política de expansión monetaria, para ayudar
en la recuperación de la economía norteamericana. Debido a ello, el mundo
entero se inundó de dólares y esta abundancia llevó a que el precio del dólar tendiera
a bajar. Era de conocimiento público que esta política expansiva de la FED
se iría moderando gradualmente conforme la economía norteamericana se fuera
recuperando. La FED había sido muy clara al respecto. Y las señales de que la
economía norteamericana empezaba a recuperarse eran ampliamente conocidas a
principios de año. Por ello, era de esperar que, en un plazo no muy largo, la
FED iniciara gradualmente el cambio de política.
Con esta información, a principios de año, un análisis económico serio, pero sencillo
señalaba que era altamente probable que en un plazo no muy largo la abundancia
de dólares se empezara a reducir y el precio del dólar tendiera a subir a nivel
mundial. Es por eso que, un colapso del dólar era altamente improbable,
como lo señaláramos oportunamente ante las declaraciones sensacionalistas de
algunos analistas por esas fechas (ver IPE Opinión).
Por entonces, un largo periodo con una tendencia a la
baja en el dólar había creado la impresión para muchos que esta era una
tendencia inevitable. En el mercado es
común que muchos agentes piensen que las tendencias se mantendrán, en lugar de evaluar
si son sostenibles. Por ello, el precio del dólar probablemente bajó más de lo
que se justificaría. Esta opinión era
compartida por el BCR, que compró dólares masivamente porque no tenía sentido
que temores exagerados llevaran a fluctuaciones insostenibles del tipo de
cambio, con consecuencias muy negativas. Entonces hubo muchas críticas a la
intervención del BCR, pero ya nadie duda de que fuera una buena idea y hay
quienes ahora señalan que debió comprar aún más.
Cuando
en mayo la FED anunció que veía próximo el inicio de la reversión de su política
expansiva, el mercado se ajustó y el dólar se fortaleció, como era previsible.
Nuevamente el nerviosismo llevó a que los agentes locales -no los extranjeros- compraran
dólares en grandes cantidades, con lo cual el aumento del tipo de cambio se
exageró, como también lo señaláramos oportunamente. Nuevamente el BCR compartió
esta opinión y vendió dólares masivamente, estabilizando el tipo de cambio. Al
poco tiempo, ya sin intervención del BCR, el dólar empezó a debilitarse ligeramente,
lo cual validó la intervención del BCR.
La falta de acción de la FED, ayer, ha llevado a
que se debilite el dólar.
Los medios ya empezaron a darle titulares a los que presagian una mayor
apreciación del sol. ¿Cuál es nuestra
recomendación? Presten atención a lo que hace y dice el BCR. Es el
participante más sensato en el mercado y el único que no está tratando de ganar
dinero a costa de quien le compra o le vende. Aunque usualmente gana porque
sabe lo que hace