No hay señales de sobreendeudamiento
Por Miguel Palomino. En
las últimas semanas, diversos medios han presentado noticias que parecieran
indicar que el aumento del crédito en el Perú, especialmente del crédito a las
personas, estaría llevando a excesos que serían motivo de alarma. Si bien las
autoridades correspondientes siempre deben estar alertas a este tipo de riesgos
para actuar con la debida anticipación, hoy argüiremos que el análisis de la
información relevante indica que no hay evidencia de que se estén cometiendo
excesos generalizados en cuanto al otorgamiento de créditos personales. Más
bien, el análisis indica que lo realmente notable es el enorme y sostenible aumento
en la inclusión financiera a lo largo de la última década.
Es probable que el gran aumento
en la cantidad de personas que hoy tienen acceso al crédito formal explique que
exista cierta percepción de que el aumento del crédito ha sido excesivo. En la última década, el número de créditos
en el sistema bancario se ha casi cuadruplicado, de 1.6 millones a 6.0
millones. La gran mayoría de estos créditos, en número, son créditos
personales. Este aumento en créditos podría parecer preocupante si no se
considerase que el punto de partida sea una cifra extraordinariamente baja para
un país con 30 millones de habitantes.
Para ilustrar el
progreso del Perú en cuanto a acceso al crédito, basta con ver las cifras
respectivas del Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial. Hace diez años, el Perú se encontraba en el
puesto 69 de 102 países en cuanto a facilidad de acceso al crédito, es decir,
estábamos en la mitad inferior de la tabla. Al 2013, ocupamos el puesto 26 de
144 países, es decir, estamos en el quinto superior (ver
gráfico 1). Esto es, sin duda, no sólo muy positivo sino prueba de un gran
paso adelante en cuanto a inclusión financiera.
Pero podría haber otro
motivo de preocupación. ¿No será que el aumento en el crédito a las personas está
llevando a un endeudamiento excesivo? La mejor forma de responder a esta duda
es comparar los niveles de endeudamiento de las personas con los niveles de
ingreso de las personas, y determinar si las deudas están aumentando a un ritmo
superior que la posibilidad de pagarlas. Usando la información mensual de la
Superintendencia de Banca Seguros y AFPs (SBS) respecto al monto de crédito personal
por deudor del sistema bancario, y la información mensual del INEI respecto al
ingreso promedio de los trabajadores en Lima Metropolitana preparamos el gráfico
2. En él se muestra que en los
últimos diez años ha habido una tendencia a que el peso del endeudamiento ha
disminuido en relación al ingreso, tanto para el total de créditos personales
como para los créditos hipotecarios. Es decir, el ingreso promedio ha
aumentado bastante más que el crédito promedio, por lo cual hay menor carga
relativa de la deuda. La tendencia no es perfectamente uniforme y los niveles
de endeudamiento hoy son algo mayores que en su punto más bajo cerca de la
crisis financiera internacional, pero no hay una tendencia marcada de
crecimiento.
demás, debe tomarse en cuenta que, comparado
con hace diez años, las tasas de interés se han reducido significativamente y
los plazos del crédito han tendido a alargarse, por lo cual, incluso una misma
carga de deuda resulta más fácil de atender que en el pasado. Es decir, la carga real de
la deuda se ha comportado algo mejor de lo que muestra el gráfico
2. Si usamos cifras de ingreso familiar a nivel nacional los resultados de
la tendencia son los mismos. En conclusión, la evidencia indica que ha
aumentado enormemente el acceso al crédito pero no existe un nivel de
endeudamiento creciente ni excesivo. Los casos que existen de dificultades
financieras (y entre 6 millones de crédito serán muchos) no son un reflejo de
una tendencia de excesos crediticios a nivel general.