Una leve promoción del Mercado de Valores
Por Miguel Palomino. Según
los doce pilares del Índice Global de Competitividad del Foro Económico
Mundial, la mayor fortaleza competitiva del Perú es nuestro Entorno Macroeconómico,
en el cual ocupamos el puesto 21 entre 144 países. Nuestro segundo pilar más
competitivo es el Desarrollo del Mercado Financiero, en el cual ocupamos el
puesto 45 a nivel global.
Este segundo pilar tiene ocho
componentes (ver gráfico) de los cuales destacan el puesto 20 que ocupa el
Perú en Solidez del Sistema Financiero y el puesto 26 que alcanzamos en
Facilidad de Acceso al Crédito. Hay otros cuatro componentes de este pilar en
los cuales el Perú se encuentra en el tercio superior de los 144 países
incluidos en el ranking. Sin embargo, existen
dos componentes que constituyen las grandes debilidades competitivas del Perú
en este pilar: la Regulación de los Mercados de Valores, en la cual ocupamos un
lamentable puesto 105 y el Financiamiento a Través del Mercado de Acciones, en
el cual ocupamos el puesto 61.
El reto es claro. Nuestro poco desarrollado mercado de
capitales es una importante desventaja competitiva para el Perú. Tenemos
que mejorar la regulación de nuestro mercado de valores para mejorar el acceso
a capital de nuestras empresas.
Es en este contexto que el Ejecutivo
presentó al Congreso y éste aprobó sin modificaciones ni dilaciones la Ley de
Promoción del Mercado de Valores (LPMV). Como hemos afirmado antes, ha resultado sorprendente que el gobierno
del Presidente Humala muestra mayor voluntad de sacar adelante reformas de lo
que lo hicieron los tres gobiernos anteriores. Como también lo hemos dicho,
la voluntad de reforma no siempre se traduce en éxito pero, en la mayoría de
los casos, se logra por lo menos avanzar. Esto es lo que viene ocurriendo con
lo que el MEF ha llamado la Reforma del Mercado de Capitales, de la cual la
LPMV es uno de los principales componentes.
La LPMV es poco audaz y no incluye algunos importantes
elementos de una reforma -sobre
los cuales existe consenso entre los especialistas en el tema- pero es sin duda un paso adelante para
mejorar una de las más importantes deficiencias en la regulación económica de
nuestro país. La ley fortalece a la Superintendencia del Mercado de Valores
(SMV), lo cual es positivo, aunque entraña riesgos. Para reducir este riesgo y
lograr el mejor uso de sus mayores atribuciones, se requiere que la SMV tenga
también mayores recursos humanos y financieros, además de mayor autonomía. Además,
las atribuciones especializadas de la SMV se desdibujan por la judicialización
de temas que deberían ser de su competencia, especialmente considerando las
deficiencias reconocidas de nuestro sistema judicial.
Entendemos, por declaraciones y
presentaciones del Ministro Castilla, que aún faltan importantes medidas adicionales
que forman parte de la llamada reforma del mercado de capitales. Queda pendiente, para comenzar, la homologación de nuestra legislación con la de nuestros
socios del Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), para permitir la
integración de nuestro mercado con el MILA, una gran oportunidad de desarrollo
que hasta ahora no hemos podido aprovechar.
También se requieren cambios en reglamentos que son
responsabilidad de la SMV y de la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS),
además de la misma reglamentación de la LPMV. El que estos cambios no requieran
pasar por el Congreso permite que sean más completos y técnicamente más
apropiados. La largamente anunciada nueva reglamentación de las inversiones
de las AFP es un ejemplo de lo que queda pendiente y que puede representar un
gran salto en la calidad de la regulación de nuestro mercado de capitales. Esperamos
que la voluntad de hacer los cambios necesarios permita completar gradualmente
los cambios regulatorios que se requieren para mejorar nuestra competitividad.