Riesgos Globales y Locales
El Foro Económico Mundial presentó su reporte Riesgos Globales del 2013 (ver).
Entre las principales conclusiones se encuentran las siguientes:
• La persistencia de la crisis económica y los crecientes eventos climáticos extremos constituyen una combinación peligrosa, que podría desatar una tormenta perfecta.
• La “resiliencia” nacional -es decir la capacidad de absorber y enfrentar choques negativos- es determinante para enfrentar amenazas globales impredecibles; el Foro presenta un nuevo sistema de clasificación de países en el reporte (ver gráfico 1 y gráfico 2)
• En América Latina, específicamente, la disparidad del ingreso, fallos de la política antidrogas, la corrupción, crisis de la oferta de agua y crecientes emisiones de gases de efecto invernadero son los mayores riesgos, según los expertos consultados.
Resulta interesante hacer una breve evaluación de cómo estos riesgos pueden impactar en el Perú. Como sabemos, la situación macroeconómica y financiera de nuestro país es una de nuestras principales ventajas relativas. Este punto fue confirmado por el moderado crecimiento económico que registramos en 2009 -después de la crisis financiera global más severa desde la iniciada en 1929- así como por el crecimiento superior al potencial observado en el pasado reciente, en medio de la crisis europea, la desaceleración de las economías desarrolladas y la débil recuperación económica americana en un contexto de graves problemas fiscales. Un ejemplo de las enormes diferencias con los países en crisis es que toda la deuda pública neta peruana es similar al pago anual de los intereses de la deuda pública de algunos países de la periferia europea.
No obstante, la fortaleza macroeconómica no es condición suficiente para el desarrollo, aún cuando es claramente necesaria. También importan factores que se ven afectados por nuestra debilidad institucional, como lo demostró tanto nuestra incapacidad de prevenir y para reaccionar ante el terremoto de Pisco. En estos aspectos hay muy poca “resiliencia” nacional, usando los términos del Foro. Casi no hay planeamiento -urbano u otro-, la provisión de servicios básicos -como el agua y desagüe- es deficiente, y el trabajo de prevención de desastres es pobre, entre otras falencias. Tenemos recursos financieros, pero no tenemos planes, procesos ni recursos humanos a consecuencia, principalmente, de que nuestra debilidad institucional no nos permite ponernos de acuerdo para orientar nuestros recursos a enfrentar efectivamente nuestros problemas.
Otro factor en el cual estamos avanzando y que el Foro considera uno de los riesgos importantes para América Latina es la desigualdad de ingresos. Pero lograr que esta mejora sea permanente requiere que se iguale también el acceso a oportunidades, y este es un reto más difícil. Si bien hay indicios de que en esto también se está avanzando (ver libro del Banco Mundial), este debe convertirse en un objetivo central de las políticas públicas. Además, la debilidad institucional potencia el descontento que genera la inequidad, aun cuando se esté reduciendo. Según el Latinobarómetro, la percepción de justicia distributiva es una de las más bajas en América Latina; sin embargo, su tendencia es creciente de 8% en 2007 a 11% en 2009, al 14% en 2010 y se mantiene en el mismo punto para 2011. Esperemos que el crecimiento de la clase media (ver) ayude a fortalecer el interés y la confianza ciudadana en la política y en nuestro sistema político, una de las condiciones básicas para fortalecer nuestras instituciones.
Dos riesgos de los mencionados por el Foro para América Latina tienen especial resonancia en el Perú: el narcotráfico y la corrupción. Como hemos comentado antes (ver IPEOpinión), ni siquiera es claro cuál es la política antidrogas en nuestro país, ni cuál nos conviene. La falta de definición y éxito en esta política incrementa el riesgo que enfrentan nuestras débiles instituciones ante el poder del narcotráfico y sus aliados. El Perú es hoy económicamente más estable de lo que lo es políticamente. Justamente este es el mayor riesgo a largo plazo y el que más marcará nuestro éxito futuro.