Finalmente, financiamiento a la capacitación de servidores públicos
Por: Pablo Secada. A fines del 2006 se creó el Fondo para el Fortalecimiento del Capital Humano destinado a financiar becas de estudios de postgrado para profesionales que prestan servicios en el Estado. Sin embargo, este Fondo no fue implementado hasta que en la Ley de Presupuesto del 2012 se creó el llamado Programa Piloto de Crédito-Beca con parte de los recursos del citado Fondo. Aplaudimos que el 21 de diciembre pasado finalmente se aprobó el reglamento del Programa (DS 122-2012-PCM). No obstante, es una triste señal de nuestra precariedad institucional que iniciativas como esta tengan que esperar muchos años para ser implementadas.
Las características principales del programa Crédito-Beca son las siguientes. Financiará (parte de) los costos asociados a los estudios de postgrado de “profesionales que prestan servicios en las entidades del Estado” en áreas de “ingeniería, ciencias básicas, ciencias de salud, educación, ciencias agropecuarias y del medio ambiente, economía y gestión pública”. Será administrado por SERVIR. El monto máximo anual del Crédito-Beca será de US$ 50 mil hasta por no más de dos y tres años en caso de maestrías o doctorados, respectivamente. El periodo de gracia, que es el tiempo que tomen los estudios del programa de postgrado, se podrá ampliar en seis meses. El plazo del préstamo no podrá exceder los diez años. El crédito no generará intereses durante el periodo de gracia y luego paga una tasa efectiva anual de 5%. El crédito se condonará parcial o totalmente en función a los años en los que el beneficiario trabaje continuamente “en áreas de su especialidad [...] en entidades del Estado”.
El Decreto Supremo se publicó en las Normas Legales coincidiendo con dos noticias que muestran lo bueno y lo malo de las remuneraciones en el sector público. Lo malo es la duplicación de los gastos de representación de los congresistas que es, en la práctica, un aumento de los sueldos de los padres de la patria que, en ocasiones como ésta, preferiría ser huérfana. Existe consenso en que los servidores públicos más competitivos deberían recibir compensaciones más altas, incluyendo bonos por cumplimiento de metas, dentro del Estado. Pero no las autoridades elegidas ni los cargos políticos. La buena noticia es que, en línea con el consenso mencionado, el gabinete aprobó la reforma del servicio civil que, según el Ministro de Economía y Finanzas, será LA reforma del gobierno del Presidente Humala (ver recuadro).
Ojalá dicha reforma incluya el fortalecimiento de SERVIR, que debería ser autónomo constitucionalmente como el INDECOPI, los reguladores de servicios básicos, la SBS y la SMV. Esperamos -quizás ingenuamente- que el programa Crédito-Beca enmiende el rumbo y remplace al equivocado proyecto de crear la Escuela Nacional de Administración Pública (ver IPEopinión). El programa sería una mejor manera de usar los recursos estatales para la capacitación de los funcionarios públicos en las mejores instituciones especializadas del mundo. Si SERVIR ya tenía que ser autónomo, lo tiene que ser aún más tras la aprobación de esta iniciativa, para asegurar que no sea utilizada de manera ineficiente y clientelista.
Ojalá SERVIR establezca convenios con algunas de los principales programas de postgrado del mundo, para acceder a los financiamientos que ya ofrecen y que probablemente aumentarían como parte de un esfuerzo concertado por mejorar la calidad de la administración pública peruana. Aún más importante es que este programa (quizás pasada su etapa piloto) tenga el financiamiento necesario para causar un verdadero impacto. En Chile, el Estado financia un programa de becas para estudios de postgrado que ha sido evaluado muy favorablemente por el Banco Mundial por incorporar las mejoras prácticas de programas semejantes alrededor del mundo (ver). El programa chileno busca colocar más de 3,000 alumnos de postgrado anualmente, con un presupuesto anual de más de 120 millones de dólares (ver gráfico). En Chile, el programa no se orienta sólo a funcionarios del sector público sino a los estudiantes chilenos en general. Ampliar la cobertura del programa Crédito-Beca en esta misma línea sería el siguiente paso en el esfuerzo por mejorar la calidad de nuestros recursos humanos.