Resultados para el presupuesto
Por Pablo Secada. Un editorial reciente criticó que el MEF, supuestamente, ya no coordinara el proceso del presupuesto por resultados – PPR (ver). Otro diario nos llamó a preguntar si compartíamos las críticas a los cambios introducidos al proceso de PPR del 2013 (ver). La verdad es que no entendimos qué nos preguntaban: no habíamos leídos las críticas ni el editorial.
Tras hacerlo y revisar la autógrafa de la ley de presupuesto del próximo
año creemos que los artículos periodísticos reflejan una confusión. No
en el que se deba dar mucho mayor apoyo político a la reforma de gestión
por resultados ni en la importancia del tema. En eso coincidimos
plenamente. Pero sí en la creencia de que la manera en que se está
haciendo funcionar el mecanismo de PPR es un retroceso o un error de
fondo que amenace con hacerlo inefectivo.
El cambio de enfoque que comentó el editorial mencionado es el
siguiente. Hace años el MEF diseñó una nueva estrategia para el sector
salud con la que echó a andar el proceso de PPR. Este primer esfuerzo
tenía algunas particularidades. De un lado, el MEF contaba entonces con
funcionarios con un profundo conocimiento del sector. De otro lado,
tiende a ser más simple la evaluación del sector salud -ya que resulta
usualmente sencillo utilizar la técnica denominada costo-efectividad-.
Se pueden usar parámetros avalados por la ciencia para determinar el
progreso del sector. Sin embargo, esta experiencia es difícil de
replicar. Al intentar implementar esta estrategia en otros sectores, la
falta de conocimiento especializado de los equipos del MEF respecto a
los procesos, planes y objetivos llevó a que los sectores se quejen de
que se estaba redefiniendo equivocadamente sus planes estratégicos. Este
enfoque, que centralizaba la elaboración de todas las estrategias
sectoriales en el MEF, no es usual. Fue un experimento que enfrentó
serias limitaciones y por eso se cambió.
La experiencia internacional y, aunque los resultados son incipientes,
nacional, avalan la estrategia por la que se ha optado en respuesta a
los problemas mencionados. Hoy, los sectores y los gobiernos
subnacionales proponen al MEF sus programas presupuestales (ver). El MEF
los revisa, sugiere los cambios necesarios para que estos programas se
ajusten a las necesidades de un presupuesto por resultados efectivo y
aprueba los programas presupuestales resultantes. El MEF coordina, por
tanto, el proceso de PPR, como debería. Los programas presupuestales
resultantes están “protegidos”, como lo están los programas de
inversión, en el sentido que gobiernos subnacionales y los sectores no
pueden disponer de los fondos para otros usos sin una ley.
Hemos reproducido la lista de programas públicos que están siendo
evaluados (ver cuadro) o se evaluarán en el marco de PPR. Este tipo de
evaluaciones han servido muchísimo al MEF a la hora de negociar con los
pliegos presupuestales (ver) para asegurar un mejor uso de los fondos
públicos. Por ejemplo, COFOPRI está trabajando estudios de demanda en
lugar de hacer titulación ad hoc gracias a estas evaluaciones. Una
evaluación de impacto de Trabaja Perú o Construyendo Perú evitó que se
ampliara el programa, ya que éste solo tiene impacto en el corto plazo.
¿Habían leído esto antes en algún medio de prensa? ¿Oyeron a algún
congresista mencionar el tema?
Se requiere muchísimo apoyo político para la reforma de gestión por
resultados, especialmente dada la debilidad institucional y la escasa
capacidad de gestión del sector público. Salvo honrosas excepciones, los
congresistas -y muchos funcionarios públicos- siguen con el chip del
presupuesto inercial. Solo quieren saber cuánta obra se hizo en la
región donde lo eligieron y cuánta se presupuestará. En países vecinos,
el Congreso y el Ejecutivo acuerdan qué se evaluará cada año. El
Congreso exige al Ejecutivo que haga una evaluación de impacto de un
programa bandera cada año. Acá seguimos en la prehistoria. Antes que
críticas injustificadas a una reforma esencial, lo que se necesita es
más apoyo de todos.