Y la cadena… SE ROMPIÓ
Festejitos SRL es una empresa que antes del COVID- 2019 vendía artículos para fiestas infantiles en el Centro de Lima.
Al empezar la cuarentena, Festejitos tenía facturas pendientes de cobro a empresas a las que había vendido artículos para las fiestas de navidad y carnavales que hasta la fecha no ha cobrado. Por eso, cuando la ministra de Economía y Finanzas, anunció en abril que las empresas de factoring accederían a garantías de hasta 90% del valor de las facturas que negocien a través del Fondo Crecer, el empresario dueño de Festejitos se puso muy contento porque podría cobrar y pagar a sus empleados para que resistan mientras se vuelve a trabajar. Sin embargo, parece que las empresas de factoring no han podido activar esas garantías y hasta ahora no ha cobrado sus facturas pendientes de pago. La tasa de descuento que le ofreció su banco -sin el beneficio anunciado- supera el 30% del monto de las facturas.
Luego anunciaron REACTIVA PERÚ y fue a su banco para averiguar cómo hacía para obtener un crédito. En el banco le enviaron por correo los formularios que debía rellenar. Festejitos completó todo lo que le pedían, aunque la ficha sobre su patrimonio solo pudo llenarla con sus datos personales porque no tiene casa propia y tampoco un auto. Como se sabe, los socios mayoritarios se vuelven fiadores solidarios del crédito que recibe la empresa. Sin embargo, él no es tan buen fiador. De todos modos, le dijeron que le iban a llamar cuando supieran algo de su solicitud. Ya pasó más de un mes y hasta ahora no sabe nada.
Lo más triste de todo es que ha visto que algunos de los clientes que le deben han recibido créditos de REACTIVA y no le han pagado. La cadena se rompió para él.
Festejitos tiene claro que las cosas no se ven bien para su negocio y no podrá seguir en el rubro de artículos de fiestas infantiles porque durante un buen tiempo nadie celebrará fiestas ni cumpleaños. Por eso, el cobro de sus facturas o el crédito de REACTIVA podría haber hecho la diferencia de tener o no un capital de trabajo para volver a empezar.
Por suerte, la señora que le alquila el local del Centro de Lima, le conoce de hace muchos años y le ha ofrecido perdonarle el alquiler cuatro meses para que no se vaya. A sus dos trabajadores les pagó dos meses, pero ya les dijo que no podrá seguir haciéndolo.
Mientras logra que alguno de los instrumentos que ofrece el Estado funcione para él, está trabajando como gasfitero. Antes de volverse negociante, trabajaba en eso y ahora ha vuelto a sus raíces. Su familia tiene que comer y hay que hacer lo necesario para sobrevivir.
La historia de Festejitos es igual a la de otros miles de microempresarios que se han visto afectados por el COVID-19. Por eso, el pronóstico del Banco Mundial de que el PBI de Perú caerá en 12% el 2020, se ajusta a lo que está ocurriendo en la calle.
Claramente, los estímulos que el gobierno ha dado son importantes y bien intencionados, pero la realidad dice que están siendo insuficientes o no están llegando a los más pequeños. Resulta claro que falta más agresividad, que hay que ponerse a pensar también en aquellos que deberán volver a empezar porque quizá sea el grupo más vulnerable en caer en situación de pobreza.
A continuación, algunas ideas de cosas que se pueden hacer:
Buscar EJECUTORES. Los hacedores de políticas públicas no son necesariamente buenos ejecutores y hoy más que nunca, se requiere de profesionales que tomen decisiones bien informadas, pero rápido. No debe haber normas dictadas en el marco de la situación de emergencia que no se hayan reglamentado o no tengan procedimientos ágiles que permitan su aplicación.
Créditos para independientes. Crear una línea de crédito a tasa cero para los independientes hasta por un porcentaje de la facturación electrónica del año anterior. Los independientes que viven en zonas urbanas son los que están más impactados en su economía por los efectos del Covid-19.
Subvención de alquileres. Activar un programa de subvención de alquileres hasta por seis meses, para familias que demuestren que alguno de los miembros de la familia está en suspensión perfecta o ha sido despedido.
Crear una plataforma de acreedores impagos. El Estado puede pedir que acreedores de las empresas que han recibido recursos de los programas como REACTIVA Perú o FAE MyPE puedan registrarse si es que sus obligaciones no han sido honradas, en la medida que uno de los objetivos de esos recursos era que no se rompa la cadena de pagos.
Salir a comprar activamente. El Estado es un actor importante del mercado. Si sale a comprar lotes importantes de uniformes, calzado, equipamiento de oficina, entre otros, muchas de las MYPE que quieran participar de los núcleos ejecutores van a tener que contratar personal y parte de los ambulantes que hoy están en la calle poniendo en riesgo su salud, se irán a los talleres a trabajar.
Facilitar la salida. En medio de una situación como la que está ocurriendo, muchas empresas tendrán que salir del mercado. Hay que crear un procedimiento de salida ordenada para las empresas que dejen de realizar actividad empresarial durante un año y no tengan cargas pendientes con proveedores, trabajadores o el Estado. También hay que dar más recursos al INDECOPI para que fortalezcan las capacidades de las Comisiones de Procedimientos Concursales, en las cuales se tramitan los casos donde sí hay acreencias involucradas.
Dinamizar Trabaja Perú. El gobierno ha ofrecido que el Programa para la Generación de Empleo Social Inclusivo generará empleo en zonas urbanas y rurales y que la meta es 1.2 millones. Pero está reaccionando tarde y a estas alturas ya deberían poder anunciar avances y no metas. ¿Dónde está la lista de infraestructura básica y social que va a generar esos empleos?
Estado empleador. El gobierno tiene que ser más consistente con sus acciones. Por un lado, pide al sector privado preservar el empleo y anuncia que creará empleos temporales y, por el otro, ordena el cese o la no renovación de los contratos de personal CAS del sector público que lleva años con contratos que se renuevan cada uno o tres meses. ¿Es este el mejor momento o quiere más ceros que se sumen a los miles de empleos perdidos.
Asegurar recursos para la próxima campaña agrícola. Los productores agrarios han sufrido pérdidas en sus ingresos por el Covid-19 y no tienen las recursos para afrontar la próxima campaña por lo que resulta necesario canalizar esos dineros hacia el campo de la manera más rápida posible.
El gobierno está teniendo dificultades para las medidas de corto plazo y claramente mucho más para las de largo plazo, pero al menos debería poder delinear la foto del Perú post- Covid-19 con el fin de que todas las medidas que dicten, se alineen a una estrategia de largo plazo que permita estar preparados para algo que puede volver a suceder.
Por lo pronto, lo urgente es que los recursos lleguen a quien más lo necesita. La realidad está demostrando que muchas veces los requisitos y los procedimientos de los programas cuando son hechos desde el escritorio y sin un contacto con la realidad de las mayorías, la ayuda no llega.
Este es el momento en que hay que gastar y endeudarse para proteger la vida de las familias. El colapso económico es inevitable pero la vida se puede proteger.
Finalmente, no se puede pedir al Estado que elija entre la vida y la economía. Su principal función es proteger la vida de los ciudadanos. Todo lo demás viene después.