Sin diversificación productiva, no habrá prosperidad
Cuando uno le pregunta a un peruano que vive en una zona de nuestro país donde el progreso económico no ha llegado qué es lo que necesita, probablemente responda que lo que quiere es que en sus pueblos haya oportunidades para educarse y para trabajar, que sus pueblos se desarrollen, se beneficien del crecimiento del país; y, que sus productos y recursos, de los que se sienten orgullosos, logren venderse en otros mercados.
La diversificación productiva como política de Estado, esfuerzo que tuve el honor de impulsar desde sus inicios, es una de las pocas acciones que un gobernante puede impulsar para darle sentido a la descentralización y para tocar las vidas de los millones de peruanos que todavía viven marginados económica y socialmente.
Para conseguirla, una condición indispensable es contar con un país interconectado con ciudades modernas que permitan un desarrollo más homogéneo.
Hoy, a pesar de que hasta hace poco nos considerábamos un “milagro económico¨, esto no ocurre: Lima tiene 54% del PBI, 28% de la población urbana, 32% de la PEA, 24% de las exportaciones, 46% de empresas, 58% de oficinas de bancos, 33% de hospitales y la misma proporción de colegios, 11 de las 14 mejores universidades, y solo 13% de hogares fuera de Lima tienen Internet.
Hace unas semanas, un candidato presidencial calificó a la diversificación productiva de añagaza. Si preguntamos sobre eso a los peruanos que nunca sintieron el impacto del crecimiento del PBI en sus vidas, probablemente lo que digan es que la añagaza es aquel modelo que no ha ayudado a sacarlos de la marginación.
Perú puede y debe explotar sus recursos mineros. Sin embargo, solo explotándolos no alcanzará estándares del primer mundo. La prueba más clara es que incluso en el escenario irrepetible de precios altos de minerales no pudo evitar que hoy el país esté sumido en una fuerte desaceleración económica.
Para diversificar el país, hace falta lo siguiente:
- Asumir que la diversificación productiva es el boleto de entrada al mundo desarrollado.
- Facilitar la inversión privada en actividades productivas para permitir que la que ya existe crezca y surjan nuevos emprendimientos.
- Liderar un proceso de mejora en la capacitación laboral para que millones de peruanos puedan acceder a empleo de calidad e integrarse a la fuerza laboral de un Perú diversificado.
- Atraer inversión extranjera en la actividad industrial.
- Incluir a las regiones menos favorecidas en el proceso de desarrollo aprovechando la complementariedad que permite la integración económica.
La buena noticia es que sí es posible. A continuación dos ejemplos:
Un país pobre de África: Etiopía
Su manufactura ha crecido 10% entre 2006 y 2014, aunque ciertamente partiendo de una base bien baja. Su modelo lo explicaba hace poco The Economist, consiste en cortejar a los inversores extranjeros de horticultura de Holanda, textil y cuero de China, o, prendas de vestir de Turquía. Hacia futuro se han planteado hacer lo mismo con productos farmacéuticos. Los inversionistas cortejados tienen que ver con las empresas nacionales en diferentes sectores porque el objetivo es que la masa crítica local se beneficie del aprendizaje de estar en la misma cadena de valor con la extranjera.
Como las brechas de infraestructura, energía, transporte, telecomunicaciones, entre otros que tienen son tan grandes, para afrontarlas han intervenido de forma focalizada y conectada a sus parques industriales con el fin de que las empresas locales participen de las cadenas de valor no solo en la gama baja.
Una ciudad en América Latina: Bucaramanga
El estudio sobre Ciudades competitivas para empleos y crecimientos que apoyó el Banco Mundial, clasificó a Bucaramanga, capital del departamento de Santander en Colombia, como una ciudad próspera, la única de América Latina, gracias a un trabajo articulado entre lo público y privado que ha permitido impulsar proyectos, actividades e iniciativas que han logrado su expansión.
Las claves han sido tener una estructura económica donde se estimule el crecimiento y se atraigan inversionistas; iniciativas políticas que creen un clima favorable de negocio; el apuntalamiento de sectores individuales para acciones de desarrollo; líderes de negocio; inversiones en infraestructura en alianzas del sector público y privado; y, estrategias para el desarrollo económico diversificado.
Para Bucaramanga esta distinción adquiere sentido en la medida que ayuda a eliminar la pobreza extrema, crea millones de empleos, y promueve prosperidad para todos.
Por eso, tan importante como que los candidatos se comprometan a mantener los programas sociales es que se comprometan a impulsar la diversificación.