Sin Precedentes
Las reacciones de contención a la pandemia de Covid-19 están generando un significativo frenazo a la actividad económica. Ello está llevando a los gobiernos -mayoritariamente en países desarrollados, pero también, en algunos emergentes- estén tomando medidas para suplir la caída en la demanda privada, tanto de personas como empresas. En muchos casos, estos estímulos fiscales y monetarios no tienen precedentes históricos o debemos de remontarnos casi ochenta años atrás para encontrar medidas similares en magnitud.
Por ejemplo, en el caso de Estados Unidos, la suma de estímulos directos por parte del gobierno federal, más las garantías otorgadas a través de facilidades de crédito a empresas entregadas por su banco central, sobre pasan el 15% del PIB. Según varios expertos, probablemente, se requieran de medidas adicionales para dar apoyo a las finanzas de estados y municipios, así como para atender un período más prolongado de inactividad económica. Ello podría acercarnos o superar al 25% del PIB que supuso el esfuerzo fiscal de entrada de este país a la Segunda Guerra Mundial. En Europa también han seguido un camino similar, combinando esfuerzos fiscales en cada país (donde Alemania lleva la delantera con cerca del 5% del PIB) con apoyo monetario por parte del Banco Central Europeo, lo que levantó las restricciones a sus compras de bonos de gobierno. Japón también está considerando con una propuesta de pagos directos a sus ciudadanos y apoyo a Pymes, por un equivalente al 10% de su PIB.
Entre los países emergentes la posibilidad de producir estímulos de la misma contundencia es mucho más acotados. La principal excepción a ello es China, quien ha recurrido a significativas inyecciones de liquidez e inversión publica en el pasado. A pesar de haber ya contenido de manera significativa la pandemia, seguramente requerirá de levantar su economía doméstica para suplir la difícil situación que enfrenta el resto del mundo. Lamentablemente, en América Latina hay poco, si es que existe, espacio para que los gobiernos adopten medidas de contención. Muchos ya entraron esta crisis con bajos niveles de actividad o niveles de deuda publica que dificultan significativos estímulos fiscales. En un mundo donde estamos viendo medidas sin precedentes por parte de las mayores economías del mundo, lamentablemente, a los países de Latinoamérica les están pasando la cuenta, sus mismos precedentes.