La recaudación en la encrucijada
Los resultados de la recaudación fiscal en febrero arrojaron un crecimiento de 15.8%. La última tasa positiva había sido en enero del año pasado y a partir de allí se tuvieron caídas hasta el mes pasado. Incluso la tasa del aumento obtenido fue la más alta desde julio del 2018, cuando se incrementó en 17.7%. Indudablemente es una buena noticia, pues refleja una recuperación de la actividad económica. Sin embargo, en los jardines muchas veces hay peros, y este caso no es la excepción.
La Sunat atribuye el resultado a que el desempeño de la economía de enero “superaría las proyecciones iniciales”. Un sondeo de Reuters muestra más bien que la mediana de las proyecciones registra una caída de 1.5% del PBI en enero, tras haber crecido 0.5% en diciembre. Hoy se despejará la duda cuando el INEI presente los resultados oficiales. El otro pero tiene que ver con si será suficiente la recuperación de la recaudación en los próximos meses para atender el carnaval de ofrecimientos que realizan los candidatos presidenciales para ganar las elecciones en momentos en que no hay el mismo optimismo de reactivación económica que había hace dos meses. Se están sembrando expectativas que recortarán el espacio fiscal para realizar reformas estructurales, como en la política de salud. Más aún cuando es probable que la conformación del próximo Congreso pueda registrar un comportamiento similar al actual: aprobando más medidas regulatorias con poco sustento y proyectos populistas que incrementan el gasto fiscal.
Los esfuerzos que actualmente realizan el MEF y la Sunat permitirán revertir progresivamente las caídas del año pasado, pero se requerirá necesariamente de una reforma tributaria. El actual gobierno de Sagasti tiene poco margen para asumir esa tarea, dada la debilidad que muestra y porque enfrenta un Congreso que continuamente busca meter autogoles a la reactivación de la economía. Al final, va a quedar un campo minado para la siguiente administración que se elija.
Hay algunas acciones que pueden tomar mayor vuelo si el siguiente gobierno lo continúa con el mismo empeño, como es el intercambio de información tributaria y financiera que promueve la OCDE y que ya permitió recibir información de 43 mil contribuyentes que tienen cuentas y operaciones comerciales en el exterior por más de US$ 12 mil millones. Por el momento, se cuenta con información de 13 países.
En ese sentido, es necesario que los jefes de los planes de gobierno de los candidatos presidenciales que se encuentran en los primeros lugares de las encuestas sean más explícitos con sus propuestas para mejorar la recaudación fiscal. Hay casos en que apenas hay algunas líneas en los documentos presentados ante el JNE y muy difusas.
Finalmente, es necesario, tal como recomienda Luis Alberto Arias en un tuit, que por transparencia y para evitar futuros conflictos de intereses, todos los candidatos a la Presidencia declaren bajo juramento que ni ellos ni empresas de las cuales son o fueron accionistas tienen deudas exigibles o procesos contenciosos con Sunat. Añadiría que el mismo juramento debe aplicarse a los candidatos al Congreso. Y si bien quizás ahora por la campaña sea ya difícil, los que resulten elegidos deberían hacerlo.