Información y credibilidad
En los últimos años y en particular durante 2020 los medios de comunicación enfrentan retos por la transformación que se ha impuesto con el avance de la tecnología, la digitalizacion y las nuevas preferencias de los consumidores, pero también afrontan cuestionamientos por la información que brindan. Unas veces son discrepantes y críticas con la línea editorial del medio, y en otras ocasiones son ataques que apuntan a la reputación con afirmaciones que no se sustentan o se sostienen teorías que más parecen “fake news”. A partir de allí se endilgan adjetivos, incluyendo las redes sociales, y en más de una ocasión con acusaciones basadas en la impunidad del anonimato.
Los ataques se han multiplicado a partir del caso Lava Jato al señalar que los periodistas, apuntando principalmente a los que conformamos el Grupo El Comercio, estamos subordinados a intereses subalternos y sin independencia. Y más aún, que la información que se difunde está sujeta a la necesidad de contar con publicidad estatal. Nada más alejado de la verdad. El hecho de que uno de los accionistas de esta casa editora esté involucrado en investigaciones de corrupción por parte de fiscales no ha significado que se hayan ocultado las mismas. Basta recorrer las noticias que se han publicado. En tanto que los anuncios de las diversas entidades estatales no representan ni el 4% de las ventas totales por publicidad de los medios impresos de esta casa editora en los últimos cuatro años. Sin embargo se repite sin cesar, con la intención de aplicar aquello de “miente, miente que algo queda”.
Los hechos políticos de las últimas dos semanas nuevamente avivaron los ataques, desde diversas tendencias y con evidente carga ideológica y política. Y esta vez hasta se mencionaron complots.
Indudablemente, la polarización que hay en el país ayuda muy poco. Sin embargo, no puede ser motivo para que las discrepancias de opinión se procesen con afirmaciones alejadas de la verdad.
Más de un lector puede preguntarse por qué ahora se habla del tema. Una de las razones es porque detrás de cada noticia hay periodistas que merecen respeto y no deben estar sujetos a diatribas que ponen en duda su profesionalismo. La otra razón es que los lectores, a quienes nos debemos, también merecen conocer que se practica un periodismo serio y ellos son los principales fiscales cada día de la credibilidad de las noticias que se brindan.
Los medios no estamos ajenos a errores. Más de una vez hemos aceptado y corregido los mismos, pues la credibilidad es el bien más preciado del periodismo. Esa característica es lo medular por más avance de la tecnología y nuevos patrones de consumo. En eso hay que estar en permanente vigilia y tener autocrítica para evitar que los errores se repitan.
En suma, la guía de Gestión está en informar y opinar como única agenda, que incluye a varios colaboradores en todas sus plataformas como parte de la pluralidad. Y cada uno de los periodistas de las plataformas de la marca tienen en la verdad su norte.