Prueba ácida
La campaña electoral comienza a ganar presencia en la agenda nacional con el anuncio de las primeras candidaturas y las alianzas que se empiezan a vislumbrar en algunos casos.
Salvo la lucha contra la pandemia del covid-19, el inicio de la fase 4 de las actividades económicas y la evolución del PBI, los comicios del 11 de abril del próximo año tendrán progresivamente mayor interés de la población, mientras la administración Vizcarra y el Congreso pasarán a un segundo plano paulatinamente, salvo que ocurran hechos escandalosos, como el caso Swing o las iniciativas populistas de algunas bancadas del Parlamento o que surjan nuevas preocupaciones sobre la situación que heredará el próximo Gobierno que se elija.
Justamente, esas inquietudes que empiezan a despertarse por lo que heredará la nueva administración gubernamental son lo que puede constituirse en uno de los temas de la campaña electoral. Ahora más que nunca se requieren posiciones claras de las agrupaciones políticas, y sobre todo de sus candidatos, sobre la visión que proponen para el país, pero también sobre los temas de la coyuntura política, económica y social.
Por ejemplo, en la agenda económica hay decisiones que deberán adoptarse próximamente, como el intento de algunas bancadas del Congreso para insistir –tras la observación del Ejecutivo– con la pretendida “devolución de los aportes a la ONP” o el retiro del 100% de los fondos de las AFP para aquellos afiliados que dejaron de aportar en los últimos 12 meses. En ambos proyectos se debe contar con la opinión de los participantes de los comicios, pues sus comentarios permitirán saber qué harían si fueran Gobierno. Salvo que los aspirantes al sillón de Pizarro solo opinen lo que los electores quieran escuchar.
“Es altamente probable que las expectativas de los votantes estén muy vinculadas a los resultados de corto plazo de las promesas de campaña”
Tras la mala experiencia con el Gobierno de PPK, en una primera etapa, y luego con Vizcarra en su periodo, es clave conocer los equipos que están detrás de cada candidatura. Repetir la improvisación o estar sujetos a proyectos personales es la peor manera de enfrentar la pandemia. Pero no solo basta identificar a los integrantes que acompañarán a los candidatos, sino principalmente sus ideas.
Es por eso que las opiniones que tengan sobre la coyuntura actual son importantes, dada la incertidumbre y por ende la desconfianza que existe en la población. Es altamente probable que las expectativas de los votantes estén muy vinculadas a los resultados de corto plazo de las promesas de campaña. A diferencia de anteriores comicios, es muy probable que esta vez la exigencia por el cumplimiento de los planes sea mayor, dada la crisis económica. De no ser así, los conflictos sociales pueden estar en la agenda diaria.
Por eso, responder a las preguntas de qué se hará con las AFP y la ONP en la práctica resulta tan importante como saber los planes para reducir la informalidad en el país.
Ambos temas están vinculados, pero una parte importante de la población lo desconoce, por lo que la labor de docencia también será útil para centrar el debate y aterrizar los planteamientos en los problemas del país y no que se conviertan en eslóganes y lugares comunes durante la campaña.
Como ya ha sucedido en elecciones anteriores, los cuestionamientos a la política económica seguida en los últimos 30 años estarán a la orden del día, pero esta vez el populismo puede tener mayor presencia si no se ofrecen salidas sostenibles.