Resiliencia y retos
A 15 días de culminar el 2019, la economía peruana cerrará con un crecimiento menor al 4% que esperaban tanto el Ministerio de Economía como el Banco Central de Reserva a inicios de año. Lo más probable es que termine con una expansión menor a 2.4% -a la luz de los resultados de octubre-. Y como es habitual, nuevamente las proyecciones oficiales muestran que el próximo año será mejor. Pero no todos los agentes económicos están convencidos que así será.
Para fines prácticos, el 2020 empezará en febrero, que es cuando se tenga claramente la conformación del nuevo Congreso y, por tanto, un conocimiento de lo que puede suceder hasta julio del 2021, que es cuando terminará su mandato el presidente Vizcarra.
Aun así, es importante destacar que pese a todos los problemas que enfrentó el país este año, la economía mostró una capacidad de resiliencia frente a las adversidades y mantuvo un crecimiento, aunque por debajo de su potencial -que por cierto este año fue ajustado hacia la baja-.
Justamente, hace exactamente dos años, se destacaba la resiliencia en esta columna frente a lo que se venía con el caso Lava Jato. La Fiscalía avanzó en este último tema, pero no tanto así las reformas en la economía.
No ha sido poco lo que ha sucedido el 2019, desde los shocks externos, como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, hasta la disolución del Congreso. Pese a ello, no se detuvo el crecimiento, aunque sí se resintió la inversión privada, y sobre todo la inversión pública. Aun así, el consumo privado continuó su expansión con tasas superiores a 3%, convirtiéndose en un factor clave para el crecimiento.
El próximo año las exigencias aumentarán, principalmente en temas como la educación, los programas sociales y el combate a la inseguridad ciudadana. Y es probable que la nueva conformación del Congreso se sume a dichos reclamos frente a un Poder Ejecutivo débil, con pocas iniciativas y afectado también, ahora, por las denuncias de corrupción.
Justamente, en este último tema cada día hay más voces que demandan que se arriben a juicios en el caso Lava Jato. Sin embargo, semana a semana los avances han dejado de ser significativos y ese es uno de los retos que el próximo año tendrá el Ministerio Público, sobre todo porque se hacen más evidentes los sesgos de algunos fiscales en la lucha anticorrupción. Por supuesto que los acusados realizan diversas maniobras dilatorias a fin de ganar a río revuelto, pero es responsabilidad de quienes están a cargo de las investigaciones arribar en acusaciones firmes para ingresar a la etapa oral de los juicios de una vez por todas.
Mientras tanto, los decretos de urgencia de carácter económico comienzan a ser mirados con lupa, ya sea por el poco impacto que tendrán -tal como advertimos la semana pasada- como porque se dejan de lado temas esenciales, como es el caso de la prórroga de los beneficios de la ley agraria.
En tanto, en los países vecinos de la región sí se debaten importantes reformas que tendrán repercusión en el desarrollo de sus economías. El Perú, en cambio, prefiere vivir de la resiliencia de la economía, pero todo tiene su fin y mientras otras economías podrán realizar más pronto sus reformas, en el país se avanza a paso de tortuga.