Por ahora, incertidumbre
Empezó el último mes del año con dos noticias preocupantes: la caída de la inversión pública en 15% durante noviembre y la destitución de Hugo Coya como presidente de IRTP. Ambos hechos tendrán repercusión en los próximos días.
El mes pasado culminó con el evento de la CADE 2019, en el cual prevaleció el debate sobre la lucha anticorrupción y el rol del empresariado.
Entre tanto, se aproxima el fin de año y la incertidumbre a nivel empresarial, político y económico aún no se despeja y es posible que en el verano del 2020 continúe.
A nivel empresarial, esta semana será decisiva, pues está prevista una reunión de la Confiep, tal como anunció su presidenta en Paracas, para debatir las propuestas presentadas que tienen como eje central que los empresarios involucrados en investigaciones de corrupción den un paso al costado. Ya han surgido voces al interior del gremio que cuestionan el anuncio de María Isabel León y señalan que más bien es ella quien debería alejarse. Lo que está en juego no es poca cosa, pues, como reveló la encuesta de Ipsos en la CADE, el 91% de los ejecutivos considera que es muy importante establecer formalmente una política anticorrupción en las compañías.
El respaldo que pueda recibir al interior de Confiep su actual presidenta marcará el rumbo de lo que será a futuro el compromiso empresarial con la lucha anticorrupción en el país.
En tanto, el entorno político comenzará a ser dominado por la campaña electoral de corto plazo con miras a las elecciones del Congreso el próximo 26 de enero. Se estima, según el cronograma del JNE, que recién en la segunda quincena se tendrá la lista definitiva de los candidatos, tras resolver las tachas del caso. Pero asimismo el presidente Vizcarra afrontará un escenario difícil, tanto por hechos como la destitución de Hugo Coya y la denuncia de presiones desde el Gobierno solo para favorecer al Ejecutivo, como por la falta de buenas noticias en la parte económica.
Fue sintomático que, en su discurso del jueves pasado, ante los empresarios en Paracas, el mandatario señalara que “nos preocupa que el crecimiento económico de este año, por factores externos que han afectado a todo el mundo, pero también por factores internos propios de nuestra realidad por todos conocida, estará alrededor del 2.6%”.
Sin embargo, en su presentación del viernes, la ministra de Economía no se refirió a la preocupación presidencial, y en el tema de la estabilidad macroeconómica mostró la evolución del PBI solo hasta el 2018. Es indudable que la preocupación de las brechas sociales debe estar en agenda, pero sobre ese tema tampoco hubo anuncios concretos.
La economía mundial para el 2020 presenta claros síntomas de desaceleración, con convulsiones sociales en varios países de la región, a tal punto que, como se señala en esta edición, Brasil ha pospuesto sus reformas económicas para evitar que sucedan protestas como en Chile.
En esa perspectiva, las medidas económicas adoptadas en los últimos dos meses, como decretos de urgencia, no tienen grandes implicancias ni cambios relevantes, y algunas de ellas, como el acceso a los medicamentos genéricos, ya tienen varios meses en agenda.
Por eso, es momento de exigir resultados a los ministros del Gabinete de Vicente Zeballos. No hay que desaprovechar la fortaleza de la economía peruana.