Porque nunca se sabe cuándo
El próximo mes el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) tiene previsto presentar un plan de infraestructura a cinco años para desarrollar 60 proyectos priorizados que requieren S/ 90 mil millones.
Se proyecta que las obras pueden tener un impacto -siempre que se cumpla el plan trazado- de un punto porcentual al año. Algunas iniciativas serán incluidas en el presupuesto público, otras corresponderán a asociaciones público-privadas o serán financiadas en su totalidad por las empresas.
En una mesa redonda organizada por Gestión, el ministro Carlos Oliva anunció que dicho plan dividirá al país en siete zonas donde se han identificado las principales obras que se necesitan para mejorar la competitividad.
Hasta allí es un anuncio que, de concretarse, puede ser uno de los pocos legados que deje el presidente Vizcarra en materia económica. El esfuerzo del MEF, pese a las críticas que se puedan dar cuando se conozca el plan, merece el apoyo dado que es una de las pocas propuestas pensando hacia el mediano plazo.
Sin embargo, también debe considerarse el aseguramiento de la infraestructura que se hará como la que actualmente tiene el país.
Por lo general, el tema de los seguros solo se menciona en la agenda nacional cuando hay alguna catástrofe como un sismo o El Niño. Pero luego desaparece hasta el próximo desastre.
Por ejemplo, en los últimos años estuvo en la agenda del Ministerio de Vivienda y Construcción una propuesta de aseguramiento de viviendas que significaba el pago de un seguro mínimo de S/ 5, principalmente para los estratos de menores ingresos. También la OCDE en su estudio sobre el impacto del cambio climático y el riesgo de desastres en el Perú tuvo interés por revertir la falta de aseguramiento de los activos públicos.
Asimismo, está pendiente de concretarse un plan de aseguramiento de los colegios del Estado, que inicialmente tuvo acogida tanto en el Ministerio de Educación como en el MEF, pero luego, como muchas otras iniciativas, se quedó en el escritorio de algún funcionario.
Todos los años hay una partida presupuestal destinada a la reducción de la vulnerabilidad de atenciones de emergencias por desastres y que tiene como instancias ejecutoras tanto al Gobierno nacional como a las regiones y municipios. Sin embargo, su ejecución casi siempre es baja. A la fecha se ha gastado solo el 28.1% de dicha partida.
¿Por qué es importante hablar tanto de contar con un plan de infraestructura como de un aseguramiento de los activos públicos? Porque, como decía la publicidad de una compañía holandesa de seguros de vida, nunca se sabe cuándo puede suceder una catástrofe. Más aún en un país como el Perú sujeto al impacto del cambio climático y con escasos recursos para atender las necesidades cuando hay emergencias.
Es por eso que resulta importante insistir en la obligación del Estado de que se ejecuten en su totalidad los presupuestos destinados a la prevención de desastres, así como que se implementen progresivamente otros planes de aseguramiento para la infraestructura actual y que el MEF plantea impulsar en los próximos cinco años.