La cuestión fiscal regional
En el año 2002 se inició el proceso de descentralización en el país, y desde entonces un anhelo de los gobiernos regionales es tener un mayor manejo de los ingresos que se generan en su ámbito. Uno de los instrumentos que permitirían ese objetivo sería la descentralización fiscal.
En el 2009, la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR) encargó a Luis Alberto Arias la elaboración de un estudio sobre el tema. La principal conclusión, según César Villanueva, entonces coordinador de la ANGR y hoy presidente del Consejo de Ministros, fue que “el actual sistema de financiamiento presupuestal, basado en transferencias desde el gobierno central, es discrecional y poco predecible, no promueve la equidad entre las regiones y dificulta la elaboración de planes multianuales de inversión”.
Recordemos que desde que se inició el mandato del presidente Vizcarra uno de los mecanismos que más se ha utilizado es justamente la transferencia de recursos a los gobiernos regionales.
El tema nuevamente vuelve al debate, pues la intención del actual presidente de la ANGR es elaborar un proyecto de descentralización fiscal y plantear los lineamientos en el próximo GORE Ejecutivo que se llevará a cabo la tercera semana de mes.
La descentralización fiscal está regulada por el Decreto Legislativo 955 aprobado durante el Gobierno de Toledo. Desde entonces, hubo varios intentos por ponerlo en marcha, incluso en el 2016, durante el Gobierno de Ollanta Humala se encargó a la Secretaría de Descentralización de la PCM implementar un plan de acción.
Los diversos ministros de Economía siempre tuvieron reparos, dada la necesidad de mantener el equilibrio fiscal y asegurar un
Y es que la cuestión fiscal siempre estuvo presente en la agenda tanto de las autoridades regionales como municipales. Sin embargo, si se revisa la ejecución presupuestal se podrá fácilmente detectar no solo la ineficiencia en la ejecución del gasto, sino también en su calidad.
El tema fundamental es la capacidad al interior del país para llevar a cabo la administración de los recursos fiscales. Hasta el propio presidente Humala intentó poner a debate una evaluación de la regionalización, no para retroceder, sino para corregir los problemas que presenta. Sin embargo, no tuvo eco.
Hoy que nuevamente se discutirá el tema puede ser el momento para abordar la descentralización fiscal en el marco del proceso de regionalización.
Un punto de partida debería ser la política de remuneraciones en los gobiernos regionales y municipales a propósito del anunciado aumento de los sueldos de los alcaldes, gobernadores regionales, regidores y consejeros regionales que el presidente Vizcarra anunció la semana pasada.
Más allá de la necesidad de que los funcionarios tengan remuneraciones adecuadas, y sin caer en el extremo de congelar los ingresos, como ocurrió durante el segundo Gobierno de Alan García, es importante considerar la urgente necesidad de mejorar las capacidades de los funcionarios en el interior del país. De lo contrario, se afrontarán dificultades tanto para la obra pública, como para promover la inversión privada.