Mucho más que ruido político
La aprobación del presidente Vizcarra subió en octubre de 47% a 61%, registrando su mayor respaldo en lo que va de su gobierno, según la última encuesta de Datum para Gestión. El resultado mostrado ayer por Ipsos confirma la tendencia al alza de la popularidad del mandatario. Sin embargo, no todas las cifras son tan alentadoras para el Gobierno, pues en agosto la economía creció 2.25%, tasa menor al 2.31% que se tuvo en julio, según el INEI. Esta tendencia de desaceleración se observa desde junio. Aunque la banca estima que en setiembre hubo un punto de inflexión. Aún así, en agosto, la construcción dejó de expandirse tras 14 meses.
Indudablemente que lo que hoy se debate en el país está más allá de unas décimas de menor crecimiento, porque lo que está en juego son cuatro reformas de carácter institucional -que por cierto son necesarias- y la fortaleza de la democracia para enfrentar los vaivenes de la confrontación entre el Poder Ejecutivo y el Congreso, que es azuzada desde ambos lados.
Esa lucha es más que un ruido político, pues ahora se han vuelto noticia de primera plana las amenazas de cierre del Congreso y hasta de golpes de Estado. Aunque Vizcarra dijo el jueves pasado que “nadie está pensando en golpe de Estado, solo algunos políticos”, lo cierto es que ha pasado a formar parte principalmente de las declaraciones de los representantes de Fuerza Popular, el Apra y hasta del presidente del Consejo de Ministros.
Casi ha desaparecido de las propuestas del Gobierno mencionar reformas en otras actividades, y el silencio es mayor dado que el Gabinete se muestra en su mayor parte carente de ideas o no logra concretar todavía algunas propuestas de mediano plazo, como la anunciada elaboración desde hace casi tres meses de un plan nacional de competitividad y productividad.
El propio Banco Central cuestiona el poco avance de la reconstrucción en el norte –pese a que desde el Ejecutivo se dice que hay avances– al señalar que apenas se ha ejecutado el 15% de su presupuesto, recomendando que la inversión para ese fin sea más dinámica. En el tercer trimestre se estima que la inversión pública tendrá una expansión “prácticamente de cero”, según el gerente de estudios económicos del BCR.
A lo anterior hay que agregar que la incertidumbre comienza a ser el denominador común en los mercados internacionales, convirtiéndose la volatilidad financiera global en un factor de riesgo. Por lo pronto, su impacto para el Perú significará que se acelere el alza de las tasas de interés de los créditos hipotecarios.
Pese a lo mencionado, el referéndum para la aprobación de las reformas no debe detenerse, aunque su origen haya presentado serios problemas técnicos y en el recinto de la Plaza Bolívar se haya aprovechado ese hecho para introducir modificaciones no previstas, como en el tema de la cuestión de confianza.
El presidente Vizcarra aun con su alta popularidad debe considerar que las tareas de su administración no solo deben concentrarse en las reformas judiciales y políticas, pues si de eso se trata entonces también debería asumir reformas como la laboral.
Por ahora, el Gobierno tiene la iniciativa y goza de la aprobación mayoritaria de la población, pero la pregunta sigue siendo qué pasará después del 9 de diciembre.