Las tentaciones del Congreso
Este jueves se vence el plazo para que el Congreso pueda aprobar las reformas judiciales y políticas a fin de que el próximo 9 de diciembre se lleve a cabo el referéndum sobre las mismas. Aunque el 77% no cree que Fuerza Popular cumpla con aprobar los cuatro proyectos de reformas esta semana.
Y mientras tanto, las elecciones regionales y municipales ingresan a la recta final con un resultado, en el caso de Lima, que se espera sea ajustado.
Pero una vez que culminen los comicios y luego del referéndum, la pregunta que más de uno se hace es qué hará el Gobierno de Vizcarra posteriormente. Sin embargo, también es pertinente preguntarse cuál será el rol del Parlamento hasta el 9 de octubre, y después.
En medio de la discusión de las reformas, se han aprobado proyectos de índole económico y hay en agenda otras iniciativas populistas como mantener con vida al Agrobanco, pese a su crítica situación, en vez de reemplazarlo por el esquema de Mi Agro. Asimismo, hay también propuestas sensibles que están pendientes de aprobarse como la nueva Ley de Hidrocarburos, que pese a que el propio Ministerio del Ambiente ya logró un acuerdo con el Ministerio de Energía y Minas para superar las discrepancias que tenía, todavía hay críticas y resistencias en el recinto de la Plaza Bolívar.
En esa misma línea, también se espera un fuerte debate sobre el futuro de la ley que prorroga el régimen especial de jubilación anticipada a los afiliados del Sistema Privado de Pensiones. La norma permite a los que se acojan a que puedan retirar el 95.5% de sus fondos en las AFP. La decisión, que fue adoptada en abril del 2016 durante el Gobierno de Ollanta Humala, ha sido cuestionada porque desvirtúa el proceso de jubilación.
Otra iniciativa que ya se debate es un proyecto de ley que regula las fusiones y adquisiciones empresariales. Y así podríamos conformar una larga lista de propuestas que en la mayoría de los casos generan más preocupación que entusiasmo, dado el carácter populista de más de un proyecto.
Como siempre ocurre, si bien al inicio de cada legislatura se aprueba un plan de trabajo con las prioridades para la agenda, en la mayoría de las veces la dinámica de la coyuntura del país se impone. Pero quizás no todo esté perdido si el Parlamento, tal como ha sucedido con la discusión de las reformas presentadas por el Poder Ejecutivo, prioriza una agenda y cada una de las bancadas realiza un mayor filtro de lo que propone. Sobre todo con la inclusión de un verdadero análisis costo-beneficio, que por lo general está ausente.
Las tentaciones del Congreso pueden multiplicarse considerando que si se aprueba que los actuales parlamentarios no podrán ser reelegidos, más de una iniciativa con poca reflexión pase al pleno con el riesgo de que logre la luz verde pese a que no tenga una sólida justificación.
La calificación del Poder Legislativo se mantiene bastante baja en los últimos meses y con una nota muy similar a la del Poder Judicial. ¿Podrá Daniel Salaverry convencer a las bancadas y enmendar el rumbo en lo que queda de su mandato?