Hacia dónde van las expectativas
Hoy, el presidente Martín Vizcarra participará en el anuncio del inicio de ejecución del proyecto minero Mina Justa, situado en Ica y que demandará una inversión aproximada de US$ 1,600 millones. El inicio de este proyecto, luego de Quellaveco, refleja que la inversión minera ha despertado nuevamente. Pero, si bien es una buena noticia, las expectativas empresariales para los próximos trece meses disminuyeron, aunque todos los indicadores se mantienen en el tramo optimista.
Si se hace un análisis de los principales resultados sectoriales de la última encuesta mensual que elabora el Banco Central, hay actividades como la manufactura, construcción y servicios que muestran una disminución del optimismo para el corto plazo; inclusive en el caso de la construcción, los indicadores del sondeo en varios casos se ubican en el tramo pesimista.
Los resultados van en línea con lo que comentábamos hace siete días en que advertíamos que continuaba descendiendo la confianza del consumidor, tanto en las mediciones realizadas por Apoyo Consultoría en Lima como GfK a nivel nacional.
A lo anterior hay que agregar otras señales que registran un menor dinamismo en la economía. Por ejemplo, las exportaciones no tradicionales luego de registrar un crecimiento de dos dígitos en los primeros seis meses en julio aumentaron en 6.4%, aunque la balanza comercial continúa registrando superávit, favorecida principalmente por las ventas al exterior de los minerales. Aunque hay precios que están cayendo como el oro, por lo que Buenaventura ya advirtió que si continua el descenso en la cotización habrá operaciones que se cerrarán.
Los resultados que comienzan a difundirse sobre la marcha de la economía en julio ya han despertado inquietud en el exterior, así Scotiabank vislumbra que será difícil lograr un crecimiento de 4% este año.
Entonces, ¿hacía dónde van las expectativas? En el corto plazo continuarán impactadas por el ruido político, que por cierto se incrementará, tanto por los resultados de las elecciones regionales y municipales –sobre todo por las primeras– como por el desenlace de las reformas política y judicial, que hoy enfrentan al Poder Ejecutivo y al Congreso y la posibilidad de que se realice un referéndum en diciembre. Según la última encuesta de Pulso Perú, el 38% considera que sí habrá consulta popular, pero el 43% no lo cree así. Pero también tendrá influencia la capacidad del Gobierno de Vizcarra para no descuidar otros problemas. Y es que la misma encuesta citada señala que el 59% de los peruanos considera que el Ejecutivo ha dejado de lado los principales problemas del país al priorizar las reformas.
En esa línea, también repercutirán en las expectativas de corto plazo en el sentido de urgencia que tenga el Ejecutivo para enfrentar otros problemas, como la economía. Así podría mostrar avances en algunas de las mesas ejecutivas y antes que finalice el año tener el plan de competitividad y productividad.
Por tanto, es probable que hasta diciembre aún continúen moderadas las expectativas tanto empresariales como de los consumidores. Salvo que disminuya la incertidumbre ante el ruido político.