Cal y arena en el Gobierno de Vizcarra
La última encuesta nacional de GfK confirma que la aprobación del presidente Martín Vizcarra se vio favorecida tras el debate de la cuestión de confianza en el Congreso, a tal punto que el 66% estaba dispuesto a respaldar al mandatario en el cierre del Parlamento si había demora en aprobar las reformas judicial y política que serán sometidas a referéndum.
El resultado sigue la trayectoria que se inició el 28 de julio, dada la actitud que tuvo la oposición, principalmente de Fuerza Popular, frente a las propuestas de Vizcarra, que en varios casos actuó de espaldas a la percepción de la población sobre la necesidad de tener una actitud más firme en la lucha contra la corrupción.
A lo anterior hay que agregar que nuevamente hay señales de que empieza a revertirse la desaceleración que tuvo la economía desde junio. Es así que el Banco Central en su última proyección presentada el viernes pasado confirma la estimación de hace tres meses: el PBI tendrá una expansión de 4% este año.
Pero mientras el enfrentamiento político está en compás de espera de que el Parlamento apruebe los cuatro proyectos de reformas hasta el 4 de octubre y de los resultados de las alicaídas elecciones regionales y municipales, hay otros indicadores que muestran el desazón de los peruanos sobre el Gobierno.
Es así que la misma encuesta de GfK registra una baja aprobación de la labor gubernamental en la atención de los servicios de salud, en los manejos de los conflictos sociales, en la lucha contra la delincuencia, en el cuidado del medio ambiente, en los programas sociales y en educación.
En los temas económicos la evaluación es similar, pues solo el 14% de los encuestados aprueba la labor del actual Gobierno en la economía y el 11% en el caso de la inversión privada.
Estos resultados muestran que la administración Vizcarra ha descuidado temas que para los peruanos son tan fundamentales como las reformas. Por ello, la pregunta que ya más de un ciudadano se hace es cuál será la agenda del Gobierno luego del referéndum.
No solo se trata de problemas de comunicación del gabinete Villanueva, sino también de mostrar resultados en algunos temas muy sensibles, como los programas sociales o el combate a la anemia.
Si bien el mandatario viaja cada semana al interior del país, transfiere recursos a los gobiernos regionales y a los municipios, no se perciben políticas públicas sostenibles que permitan atender los problemas de la población. Hay esfuerzos aislados en algunos ministerios, pero la aprobación del gabinete en todas las encuestas continúa muy por debajo de la popularidad presidencial.
La incertidumbre no se despejará tan pronto y es de esperarse que el devenir del presidente Vizcarra no esté sujeto a su popularidad, aunque a veces se percibe que fuera así, sobre todo por el discurso que tiene en sus intervenciones en provincias.
Si la economía cierra con un crecimiento de 4% y las expectativas empresariales y la confianza de los consumidores retoman su trayectoria que tenían meses atrás, el 2019 puede ser un mejor año. Y el rol de Vizcarra será fundamental, salvo que siga solo concentrado en las reformas.