La situación fiscal con las barbas en remojo
“Los ministros deben ser más cautos en proponer incentivos tributarios o demandas de mayor presupuesto”.
Desde que empezó el gobierno de PPK, uno de los problemas que enfrentó fue la caída de la recaudación fiscal y el riesgo de que si no se llegaba a revertir podíamos enfrentar una crisis fiscal.
Al finalizar el 2017, el déficit fiscal superó la meta prevista por el MEF de 3% del PBI, alcanzando el 3.2%, mayor en 0.6 puntos porcentuales al registrado en el 2016. El BCR advierte que mientras los ingresos corrientes del Gobierno general se redujeron en 0.5 puntos porcentuales del PBI, los gastos no financieros crecieron en 0.2 puntos porcentuales, especialmente los gastos corrientes.
A nivel de la recaudación de los ingresos tributarios, la recaudación disminuyó en 1.3%, lo que se reflejó en una caída de la presión tributaria que ahora llega a 12.9% del PBI. Pero eso no es todo, pues el BCR también informó que los ahorros fiscales disminuyeron en US$ 5,716 millones el año pasado, que significa que se tiene 38% menos de recursos respecto al 2016. El mayor descenso se dio en el Fondo de Estabilización Fiscal y en los depósitos del Tesoro Público.
Todos estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de revertir la caída de la recaudación y hacer más eficiente el gasto. En el Ministerio de Economía tienen en su plan de acción estos objetivos, pero se necesita pasar de las palabras a los hechos, de manera urgente.
El último informe de la Sunat sobre la recaudación fiscal reconoce que entre los factores que explican la disminución de los ingresos tributarios está el impacto negativo de algunas medidas implementadas como el diferimiento del pago del IGV -obra de la bancada fujimorista- y el nuevo régimen del Impuesto a la Renta para las mypes -obra de los primeros meses de la administración de PPK.
La solución se complica porque el presidente del Congreso acaba de señalar que las bancadas no están proclives a otorgar facultades legislativas al Ejecutivo, que pueden ser necesarias para poder diseñar acciones que permitan revertir la caída de la recaudación. Frente a ello, corresponderá al MEF y a lo que queda de la bancada oficialista impulsar los proyectos presentados y demandar al resto de partidos, representados en el Parlamento, a tomar con seriedad que si no se adoptan medidas estamos en riesgo de una inminente crisis fiscal.
Pero también, al interior del Ejecutivo, los ministros deben ser más cautos en proponer incentivos tributarios o demandas de mayor presupuesto en momentos en que comienza a disminuir el ahorro fiscal de años anteriores. Más que promover proyectos bajo obra pública, deben evaluarse otros esquemas (como asociaciones público-privadas). Esto significa recuperar la disciplina fiscal que parece haberse perdido.
Y en lo que toca a la Sunat, en lo inmediato debe recuperar la sensación de riesgo que representa no pagar impuestos para todo tipo de contribuyente. Indudablemente, que la mejor manera sería contar con una reforma integral, pero ese camino está empedrado por ahora de buenas intenciones.