Inversión pública mejora, pero con matices
“El MEF tiene la oportunidad de pisar el acelerador y liderar ajustes para que la ejecución del presupuesto del 2018 no tenga baches”.
En setiembre del 2016 la inversión pública disminuyó 1.3%. Eran momentos en que estaba por iniciarse el ajuste fiscal, tan cuestionado en la primera parte del Gobierno de PPK. Un año después, se registra un crecimiento de 29.1%, cifra excepcional que probablemente no se repita en los próximos meses. Aun así, el resultado es alentador, pues muestra otra señal de recuperación, más aún si consideramos que el avance físico de la obras aumentó en 25.4%.
Como ha sucedido en varios meses del año, las municipalidades mantuvieron su desempeño positivo, seguidos por los gobiernos regionales y una mejor ejecución a nivel de los ministerios, incluidos aquellos que mostraban un bajo nivel de obras como, por ejemplo, el de Educación.
Con este crecimiento se borra la caída del año y se estima que mantendrá un ritmo de expansión de dos dígitos en los próximos meses. Sin embargo, también es un buen momento para reflexionar sobre lo que será el avance de las inversiones previstas en el plan de reconstrucción en el norte del país.
La semana pasada, el propio director de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, Pablo de la Flor, advirtió las dificultades que se enfrenta para la ejecución de las obras, dada la limitada capacidad del Estado. Al punto tal que consideró que había que “pensar en modelos híbridos que permitan fortalecer al Estado y darle el dinamismo que en este momento no tiene para estar a la altura de las circunstancias”.
De la Flor hablaba con conocimiento de causa, ya que al menos tres procesos de licitación habían resultado fallidos, volviendo a fojas cero por observaciones tanto de la Contraloría como del Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE). Todo esto sucede en momentos en que el propio contralor convoca a la creación de comités de vigilancia y de veeduría ciudadana, a fin de fiscalizar las obras en las regiones afectadas por El Niño costero. El proceso en el Perú tendrá como punto de comparación lo que hará México, que luego del terremoto de semanas atrás que dejó fuertes daños, acaba de anunciar un programa de más de US$ 2,000 millones. Las comparaciones van a resultar inevitables. Sería conveniente que la administración Kuczynski explique el sustento de las cifras, dada la suspicacia en que vive el país.
Aun así, el Ministerio de Economía con los resultados de los dos últimos meses tiene la oportunidad de pisar el acelerador y liderar ajustes para que la ejecución del presupuesto del próximo año no tenga baches como sucedió en el 2017.
Esto significa mejoras inmediatas en la implementación del esquema Invierte.pe y un plan para que el ritmo de las obras en los municipios y regiones no decaigan, teniendo en cuenta que es probable, hasta ahora, que sus actuales autoridades no podrán ir a la reelección y, por tanto, hay el riesgo de que los esfuerzos se diluyan.
En tanto, puede ser propicio que el próximo jueves 12, durante el voto de confianza para la nueva presidenta del Consejo de Ministros, el Ejecutivo alcance las ocho propuestas adicionales -a las cuatro que presentó meses atrás y aún no son aprobadas- para la reactivación, anunciadas en agosto por el entonces ministro Fernando Zavala. Cuanto más pronto se hagan los ajustes y se aproveche la menor beligerancia del Congreso, se podrán dar pasos para afianzar la recuperación de la economía.