Una luz para la inversión privada
Una de las principales preocupaciones que hay sobre el futuro de la economía peruana es la caída de la inversión privada que se experimenta desde hace dos años. Precisamente, las estimaciones de la última versión del Marco Macroeconómico Multianual elaborado por el Ministerio de Economía y Finanzas también proyectan una caída en el 2016 por tercer año consecutivo, esta vez de 1.2%. Esta estimación refleja un cambio importante respecto a la proyección de 2% de expansión esperada en el Marco Macroeconómico Multianual de agosto del año pasado. Inclusive es más pesimista que el Banco Central de Reserva, que estima un crecimiento cero para este año.
Pero la percepción de la ciudadanía es diferente a los guarismos de las entidades gubernamentales. La reciente encuesta de Pulso Perú registra un incremento de 10 puntos porcentuales entre aquellos que consideran que habrá una mayor inversión privada dentro de un año, que tiene el 47% de los encuestados. Mientras que los que se muestran pesimistas señalando que habrá una reducción, solo llegan al 8% de los que respondieron el sondeo. El 30% restante dice que la inversión continuará como hasta ahora.
Justamente a la pregunta de cuándo se puede empezar a reactivar la inversión privada en el próximo gobierno, el 52% de los encuestados por Pulso Perú considera que sería en el primer semestre del 2016.
Estos resultados muestran no solo optimismo sino también expectativas de que el inicio del próximo Gobierno puede significar un cambio de actitud en los agentes económicos y, por tanto, verse reflejado en que la inversión privada recupere el dinamismo.
Pero se necesita algo más que buenos deseos. Se requiere que la política económica en el corto plazo muestre resultados y que el plan del próximo Gobierno y las medidas que se adopten tengan una visión de mediano y largo plazo. Hasta el momento, los candidatos en contienda, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski, han puesto mayor énfasis en sus propuestas de fomentar la inversión pública y en el tratamiento tributario. Sin embargo, todavía brillan por su ausencia los planteamientos para destrabar los procesos que detienen las inversiones, así como las medidas para enfrentar los conflictos socioambientales que detienen a más de una iniciativa privada.
Obviamente que además de lo mencionado, se requiere tanto un menor ruido político, como una claridad respecto a las acciones que adoptan los gobiernos locales y regionales, que muchas veces terminan deteniendo proyectos.
En los últimos dos años, los inversionistas en diversas partes del mundo han sido testigos de que los organismos estatales del Perú casi han repetido las presentaciones de la cartera de proyectos, ya que casi no se ha concretado ninguno de la relación que se mostraba. A ello, hay que agregar que los megaproyectos iniciados, como la Línea 2 del Metro de Lima y el Gasoducto Sur Peruano, enfrentan serios problemas para llevarse a cabo. Por tanto, si el nuevo Gobierno no toma medidas desde un inicio a favor de la inversión privada, el PBI potencial seguirá bordeando el 4%, con el riesgo de que disminuya.