Libertades y tolerancia
“Las economías siempre alcanzan su máxima plenitud en un ambiente de libertades políticas: cuando la tolerancia permite las discrepancias —aun cuando estas sean diametralmente opuestas a nuestras opiniones— y cuando el respeto admite el consenso”. Hace exactamente cinco años se pronunciaba así Gestión en su editorial y hoy sigue vigente a la luz del proceso electoral que vivimos. Este domingo 10 tenemos la oportunidad de ratificar la democracia.
Gestión defiende la economía de mercado, no el mercantilismo, pero sí la libertad económica. Sin embargo, reconocemos que aún hay mucho trabajo que hacer para combatir las malas prácticas empresariales que sobreviven, lograr que el crecimiento pueda llegar hasta las zonas más alejadas del país y reducir la desigualdad. En los últimos 25 años se han dado importantes avances. Las cifras lo avalan: el PBI desde 1990 al 2015 ha crecido, en promedio, 4.41% cada año, el PBI per cápita en el mismo periodo (ajustado por PPP) pasó de ser US$ 3,415.4 hasta US$ 11,859 en el 2014; es decir, creció 247%.
En la lucha contra la pobreza también hay cifras que mostrar: en 1990 era 55.2% y al 2014 terminó en 22.7%. También las exportaciones totales sumaban US$ 3,280 millones al cierre del 90. El año pasado terminaron en US$ 34,157 millones.
Así como hay logros también hay temas pendientes. El próximo gobierno recibirá un país que crece lejos de su potencial y su primer reto será recuperar el dinamismo en momentos en que la sostenibilidad de las cuentas fiscales no es la misma que en el 2011. Por ello será fundamental atacar la evasión tributaria e incentivar la formalización.
Otro reto será la diversificación productiva, sobre todo cuando hay pocas propuestas para impulsar la minería. No podemos seguir dependiendo de lo que suceda con los precios de los metales. El próximo gobierno heredará un plan al respecto, ya encaminado, que puede merecer correcciones, pero que debe continuar en la misma línea, es decir, sin intervención estatal, como sucedió en la década del 70. También será un reto lograr un servicio civil de primer nivel. Un país no se desarrollará con una burocracia inoperante, sin iniciativa y que no haga la vida más fácil.
Debemos tener cuidado, pues no podemos regresar a políticas que ya se aplicaron en el pasado y que no funcionaron. Los candidatos, peligrosamente, han preferido las propuestas con un Estado protagonista, antes que referirse a iniciativas que impulsen la inversión privada.
En esta misma línea, tampoco podemos admitir nuevamente una interrupción de la democracia, ni violaciones a los derechos humanos, ni restricciones a la libertad de expresión. Es importante mirar el pasado, pero no para quedarse en él sino para no repetir los errores, de lo contrario estaremos confirmando lo dicho por Moisés Naím respecto a que “lo que sorprende de América Latina es su amor por las ideas muertas”.
“Uno debe tener siempre la ventana abierta en el campo de las ideas”, decían los alemanes de GTZ, con quienes trabajé en un proyecto de desarrollo años atrás, y es verdad. No se equivocaron
Estamos frente a una nueva elección, pero antes de acudir este domingo a las urnas, es necesario analizar cuáles son las propuestas que garantizarán la democracia, la permanente lucha contra la corrupción y el narcotráfico y los planteamientos más efectivos para lograr que menos compatriotas sigan en la pobreza.
No podremos encaminarnos hacia el anhelado desarrollo si debilitamos la democracia, desdeñamos las libertades y no erradicamos la corrupción.