El Año del Mono
El 2016, según el horóscopo chino, está marcado por el mono de fuego y el año debutará el 8 de febrero y el noveno animal del zodiaco del Lejano Oriente regirá los destinos hasta el 27 enero del 2017.
En cambio, la economía peruana estará regida por las elecciones, cuyos resultados marcarán la vida del país hasta el 28 de julio del 2021, el año en que se celebrará el bicentenario de la independencia del Perú.
Las expectativas de los agentes económicos se vislumbran como en anteriores comicios bajo la fórmula: esperar y ver, tal como lo revela la última encuesta macroeconómica del Banco Central.
Si bien los próximos 12 meses no serán un lecho de rosas para la economía, tampoco serán el fin. Las condiciones para recuperar el crecimiento pueden gatillarse si es que el próximo presidente o presidenta tiene claro el camino a seguir, que por el momento no se vislumbra. Aunque la presentación de los planes de gobierno y la publicación que empieza a darse de estos, permitirán el debate de las propuestas.
A diferencia de las elecciones pasadas, cuando la inclusión social fue tema clave, esta vez no está en primer plano. Hoy, otras preocupaciones, como la inseguridad ciudadana, merecen la atención de los aspirantes al sillón de Pizarro. Pero al igual que los planteamientos económicos, todavía falta claridad sobre cómo enfrentar el problema. La preocupación aumenta, porque los personajes que los candidatos han empezado a presentar como gurús en el tema tienen en más de un caso un pasado controvertido.
También el 2016 estará signado por el fin del superciclo de los precios del cobre, tal como se ha visto la semana pasada. La caída de la bolsa de Shanghái genera el temor de que la economía global ingrese a una nueva crisis. Pero más allá de las especulaciones, lo cierto es que la situación mundial será más incierta y, por tanto, las posibilidades de que el Perú recupere la dinámica de crecimiento mayor al 3% no será tarea fácil.
La buena noticia es que los nuevos pronósticos sobre el impacto de El Niño consideran que se ha elevado de 50% a 65% la probabilidad de que sea moderado y se mantiene en 5% la posibilidad de que sea extraordinario, como sucedió en 1997 y 1998. Si esta vez acierta el Enfen, entonces puede darse una menor presión al alza de los precios de los alimentos, que el año pasado estuvieron por encima del rango meta fijado por el Banco Central.
La reducción del precio del crudo en el mercado internacional, que todo indica continuará, también debería ser una buena noticia, pero la manera como se fijan los precios de los combustibles en el mercado peruano no permite que el impacto sea mayor al observado.
Asimismo, si bien el tipo de cambio se mantendrá al alza, no será al mismo ritmo registrado durante el 2015, salvo que las turbulencias en China terminen por alterar el panorama de la ya alicaída economía mundial y el ruido político en el país sea mayor al esperado.
En el Año del Mono, el segundo semestre debe ser la oportunidad para que se rompa la inercia. Por ahora, los pronósticos no ayudan mucho, pero ya sabemos que más de uno se equivoca.