Momentos y datos cruciales
El próximo sábado 15 de agosto, el INEI dará a conocer los resultados de la evolución de la economía de junio. Según el presidente del Banco Central de Reserva, Julio Velarde, habrá un crecimiento mayor a 3%, superando así a lo que se obtuvo en mayo.
Sin embargo, al igual que en abril, cuando crecimos 4.25%, habrá que mirar con atención los números, pues si bien se registrará una expansión en minería, agricultura y servicios, las actividades de la construcción e industria continuarán a la baja. Aun así, es destacable que el consumo de los hogares se haya mantenido al alza en el primer semestre, incluso con una tasa superior a lo que se estimaba a inicios del año, según un informe de Kantar Worldpanel.
De mantenerse esta tendencia, debe convertirse en una señal para aquellas empresas que en los últimos dos meses han comenzado a enfriar totalmente sus decisiones de inversión que tenían previstas.
Asimismo, el próximo sábado se presentarán los datos del empleo en Lima, que en los últimos trimestres móviles ya comenzaron a reflejar un descenso, lo cual tuvo impacto en el índice de confianza del consumidor.
Tanto los resultados del PBI como del empleo en Lima servirán para tener una aproximación si el crecimiento económico será más cercano a una tasa del 2.5% este año que al 3%.
Otro dato que será importante evaluar en los próximos dos meses es la inflación. Los precios han mostrado un repunte y que en caso de la llamada inflación subyacente, es decir, la que no considera la variación de los precios de los alimentos y la energía, ha tenido una curva ascendente. De seguir así, puede convertirse en un factor que lleve a que el Banco Central contemple un alza de la tasa de interés de referencia, como ya advierten algunos analistas.
A todo ello, se agrega que este mes el Poder Ejecutivo deberá presentar ante el Congreso el proyecto de presupuesto público para el ejercicio del 2016. A diferencia de los años anteriores, esta vez al no contar con mayoría en el Parlamento, el Ministerio de Economía tendrá que lidiar con las pretensiones de los congresistas, tanto del oficialismo como de la oposición. Ambos buscarán incluir artículos que signifiquen un mayor gasto fiscal o medidas mercantilistas en favor de determinadas actividades económicas.
Es por eso que las mayores batallas que le quedan al despacho del jirón Junín serán los proyectos que se debatan en la Plaza Bolívar y el presupuesto del próximo año, a fin de evitar las distorsiones sobre la economía, tarea que por cierto no será nada fácil. También es probable que en el Gobierno haya voces que intenten incluir disposiciones que favorezcan el comportamiento gubernamental en el primer semestre del 2016, en momentos en que se lleve a cabo el proceso electoral.
En lo que sí hay pocas esperanzas de tener algún resultado positivo es en el comportamiento de la inversión privada.
Quedan, pues, semanas cruciales, ya que los indicadores que se muestren pueden hacer renacer el optimismo o ahondar el pesimismo.