Juntos para siempre
El programa social Juntos se inició en setiembre del 2005, durante el gobierno de Alejandro Toledo, con 815 familias del distrito de Chuschi, en Ayacucho. En ese entonces, la transferencia condicionada era de 100 soles. Posteriormente llegó a 70 distritos que comprendían 22,550 hogares afiliados.
Este es el tercer gobierno en que el programa está vigente. Con cifras al 2014, este llega a 1,143 distritos, lo que involucra a 753,638 hogares afiliados.
En el mensaje del 28 de julio, el presidente Ollanta Humala anunció que se espera que alcance a 828,750 hogares que reciben 200 soles cada dos meses.
Nadie duda de la necesidad de apoyar los programas sociales, sobre todo cuando lo que queda por disminuir es la pobreza extrema. Al cierre del 2014 la pobreza alcanzaba el 22.7% de peruanos y la pobreza extrema llegaba a 4.3%. En el 2010 era el 7.6%.
Desde que se inició el programa, una pregunta recurrente que hemos hecho a los dos últimos gobiernos ha sido cuántos peruanos se han “graduado” en el programa Juntos. Es decir, cuántos peruanos ya no necesitan de este, sobre todo cuando la pobreza extrema también ha comenzado a reducirse.
En los dos últimos gobiernos, las respuestas siempre han sido evasivas y la semana pasada la titular del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) dijo en una entrevista radial ante la misma pregunta que el Gobierno está “en proceso de identificar” a los graduados.
Pero no solo eso, sino que añadió que graduarse de Juntos no significa graduarse de los demás programas sociales.
“Hoy hay más de 8,000 chicos que han terminado el colegio, que por ser hogares de Juntos, tienen Beca 18. Estamos seguros de que ya rompimos el círculo intergeneracional de pobreza en 8,000 familias”, dijo la titular del Midis, Paola Bustamante. La pregunta que cabe hacerse es cuándo es que esas familias realmente comenzarán a caminar solas.
Uno de los graves problemas que ha tenido el Gobierno de Humala es menospreciar el crecimiento económico y enfocarse en los programas sociales. Es lamentable que los dos ministros de Economía, Luis Castilla y hoy Alonso Segura, no hayan podido convencer al mandatario de que la reducción de la pobreza depende más de la expansión de la economía que de los programas sociales.
Además, el presidente, en la noche del 28 de julio, en la Plaza de Armas advirtió, como ya lo había hecho durante las elecciones de los gobiernos regionales y municipales, que “nadie se atreva a tocar la política social”. Es de suponer que durante la campaña electoral en el interior del país este será uno de los lemas del oficialismo.
En los próximos meses, bien puede la administración Humala mostrar con las líneas de base de cada uno de los programas sociales cuál ha sido su impacto, tanto de Juntos como del resto. Salvo que se considere que cada año en el presupuesto se tenga que aumentar las partidas para atenderlos. Mientras tanto, el presidente prefirió no mencionar en su último mensaje nada de lo que ocurre con el resto de la economía.