Un punto de inflexión que todavía no es claro
Los indicadores del cuarto trimestre aún no muestran claramente las señales de recuperación que se esperaban. Los resultados son mixtos. Hoy que el INEI presentará la evolución del PBI del mes de octubre puede terminar confirmando lo que ya anticipó el Banco Central de Reserva: que el crecimiento de la producción de bienes y servicios ha sido menor que setiembre y lo mismo habría sucedido en noviembre. Es decir, el punto de inflexión todavía no se da claramente.
Y es que los esfuerzos desde el Ministerio de Economía con las diversas medidas que han lanzado no han terminado de convencer. Es por eso que el 63% de los peruanos cree que las medidas adoptadas por el Gobierno en los últimos meses no mejorarán la situación actual, según la última encuesta de Pulso Perú. Las vicisitudes para aprobar la reducción del Impuesto a la Renta y el alza de los dividendos en caso no haya reinversión, fue una muestra de lo anterior.
Sin embargo, en contrapartida, el 82% considera que, pese a todo, sus ingresos no disminuirán el próximo año. Las expectativas mejoran, aunque no lo suficientemente para revertir las tendencias.
También hay otros hechos que pueden jugar a favor de la economía. Uno de ellos es la caída del precio del petróleo, si es trasladada en su totalidad a los consumidores, puede ser un factor importante para la reactivación, más aún cuando se avizora, como proyecta Morgan Stanley, que la cotización puede disminuir a US$ 43 el barril a mediados del 2015.
Mientras más tiempo tarde en darse un claro cambio de tendencia, tanto en la evolución del PBI como en las expectativas de los agentes económicos, la recuperación será aún más difícil.
En esta línea, los intentos porque haya mayor gasto fiscal están lejos de plasmarse con éxito. Consultoras como Macroconsult sugieren complementar con otras medidas como, por ejemplo, que se otorguen nuevos bonos a los empleados públicos o a los jubilados.
Adicionalmente es necesario remarcar que las medidas de los cinco “paquetes económicos” no fueron lo suficientemente explicadas y menos debatidas; razón por la cual un grupo de ellas -referidas a los temas ambientales y laborales- todavía no han sido aprobadas por el Congreso.
Como lo hemos advertido más de una vez, la preocupación de que no se revierta prontamente la desaceleración está muy vinculada a lo que la economista Liliana Rojas Suárez remarca en esta edición: el riesgo de que en el 2015 se puedan empezar a dar promesas populistas, convirtiéndose así en un preámbulo de lo que podría ser la campaña electoral en el verano del 2016.