Tiempos de economía política
El próximo 28 de julio se inicia el cuarto año del gobierno del presidente Ollanta Humala. A diferencia de los años anteriores, la mayor parte de mediciones indica claramente que está desaprobado.
Es por eso que será clave que el oficialismo afine su labor para evitar que el deterioro de las expectativas de corto plazo se vaya trasladando progresivamente hacia el mediano y largo plazo, como tampoco se debe menospreciar el impacto que tendrán los resultados de las elecciones de los gobiernos regionales y municipales, pues su actuación, a partir de enero del 2015, será trascendental, ya que la inversión pública muestra un descenso.
Indudablemente, tal como decimos en nuestra columna editorial, es momento de comunicar mejor los nuevos escenarios que tiene el país, principalmente el económico. Hasta ahora esta tarea ha recaído en el Ministerio de Economía (MEF), pero ya no es suficiente porque el 48% de los peruanos considera que la desaceleración se debe a factores internos y esa percepción es mayoritaria en el caso de los estratos socioeconómicos A y B. Es decir, tienen una visión contraria a lo que consideran en el MEF, en el Banco Central de Reserva (BCR) y los analistas económicos. Por eso será importante explicar las razones de este bache, pues en ausencia de las mismas se alimentará el pesimismo.
En ese sentido, se requiere contar con ministros más proactivos, lo cual, tal vez, obligará a realizar algunos cambios, ya que, por ejemplo, el principal vocero del Gobierno, el presidente del Consejo de Ministros, debido a las acusaciones que enfrenta, mantiene un perfil bajo, cuando más bien debe ser el portavoz que explique las coordinaciones que se realizan al interior del Ejecutivo para superar el menor crecimiento.
Y es que hay razones para pensar que la situación puede revertirse. Por ejemplo, la fortaleza de la situación financiera de las empresas se mantiene en niveles altos, según la encuesta de expectativas empresariales del BCR. Además, en los últimos dos meses se ha registrado una recuperación en el precio del cobre. Es así que en lo que va del año el precio promedio es de US$ 3.14 la libra, que aunque es más bajo que el valor que promediaba el metal rojo en igual periodo del 2013, es más alto de lo que se anotaba en marzo (US$ 2.91 la libra). A lo anterior hay que agregar que las expectativas de inflación se mantienen ancladas hacia la baja.
Sin embargo, desde el Gobierno no se transmite adecuadamente y, por tanto, todavía no se convence de que la desaceleración es temporal. Más que los datos del PBI de mayo que el INEI dará a conocer mañana, los ojos deben estar puestos en las nuevas proyecciones que presentará el Banco Central este viernes, pues sus estimados sí influirán en las empresas y los consumidores.
Ahora que se anuncia un nuevo paquete, es importante recordarle al Gobierno que sin explicaciones y voluntad política las medidas pueden no dar los resultados esperados.