Liderazgo y no silencio
Las oportunidades que tiene el Gobierno para revertir la desaceleración de la economía cada vez se acortan más. Si bien el Poder Ejecutivo intenta recuperar la iniciativa con un conjunto de proyectos enviado al Congreso, la confianza empresarial todavía sigue a la baja y los cambios en la legislación van a necesitar lo que hace dos semanas dijimos: liderazgo.
Hasta el momento, el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, muestra una actitud firme y discrepante con algunas de las medidas adoptadas en el Gobierno, mientras que el resto del Gabinete, a excepción de los ministros de Economía y de la Producción, se mantiene en silencio. Es así, que ni el presidente Humala ni el jefe de la Presidencia del Consejo de Ministros salen a explicar y sobre todo a defender por qué es importante realizar modificaciones en las normas ambientales, uno de los puntos controversiales de la iniciativa legislativa que se discutirá esta semana en las comisiones del Parlamento. Aunque no se puede dejar de mencionar que en este tema siempre hubo avances y retrocesos.
Esta misma actitud ministerial es probable que se repita cuando se dé a conocer el conjunto de cambios en la Ley de Salud y Seguridad en el Trabajo. A lo anterior hay que añadir que también merece una mayor explicación la flexibilización en las contrataciones y adquisiciones del Estado, pues ya más de un experto advierte su preocupación por las propuestas.
Indudablemente que varios de los planteamientos buscan atacar los problemas generados por las regulaciones introducidas por la administración Humala y otras que gobiernos anteriores dejaron pasar, pese a que hoy sus voceros se han vuelto críticos. Pero no es suficiente solo disminuir los trámites (aspecto en el cual remarca el ministro Pulgar Vidal, aunque por otras razones), pues se requiere que los agentes económicos se convenzan, y que el escenario internacional se vuelva favorable, pues en el primer cuatrimestre no lo ha sido como se esperaba. Adicionalmente, tendrá repercusión el ruido político con ocasión de las elecciones regionales y municipales, así como el destape de los casos de corrupción en el interior del país, lo cual debilitará la inversión pública.
El paquete de medidas en la práctica tendrá un impacto mayor en la inversión privada, que en la reactivación misma, por lo que el manejo de las expectativas empresariales y de los consumidores y los próximos comicios de octubre seguirán influyendo en la actividad económica en el corto plazo.
A todo lo anterior hay que añadir que en el sector empresarial no todos se muestran tan entusiastas. Un ejemplo de ello se da en el sector hidrocarburos, tal como damos a conocer en esta edición.
Por eso es necesario insistir que sin liderazgo ni difusión el efecto del paquete puede diluirse y con ello perderse otra oportunidad. No es una tarea que solo debe asumir el Ministerio de Economía y Finanzas sino toda la administración pública, que incluye a los gobiernos regionales, municipios y la propia bancada oficialista -con pocos voceros confiables- que en no pocas veces torpedea las reformas, como sucede en el caso del sistema privado de pensiones.