Sobrellevar un duelo: Un proceso diferente en cada persona
Recuperarse por la pérdida de un ser querido es un desafío que un ser humano supera a su propio ritmo, por lo que es importante no caer en la desesperación y buscar ayuda profesional, de ser necesario.
Aprender a sobrellevar la pérdida de un ser querido es uno de los retos más grandes a los cuales nos podemos enfrentar en nuestras vidas. Por un lado, se puede ver este hecho como parte natural de un largo ciclo o dejarse embargar por el golpe recibido y la confusión, lo que da lugar a largos periodos de tristeza y depresión.
Con el paso del tiempo, es posible extrañar aún a un ser querido, sin embargo, para la mayoría de personas, el dolor intenso comenzará a disminuir, eso no quita la posibilidad de tener días buenos y malos, además de seguir sintiendo culpabilidad en muchos aspectos cotidianos, como el disfrutar de momentos de diversión.
En el libro “¿Cómo sobrellevar mejor el proceso de duelo?”, de Enrique Echeburúa y Paz de Corral, se menciona que afrontar un duelo es “un proceso psicológico, no psicopatológico, porque la muerte forma parte de la vida y la vida no es una enfermedad”, explicando que una persona puede, de manera transitoria, estar triste sin caer en un cuadro clínico de depresión. Sin embargo, también puede existir el caso de un duelo complicado donde las personas son incapaces de comprender una pérdida, sintiendo un dolor intenso y prolongado, generándole problemas para reanudar su vida cotidiana o hacer planes para el futuro.
Otras señales también incluyen emociones excesivamente negativas, además de sentirse obsesionado con la persona fallecida o las circunstancias de su muerte. Es muy importante encontrar ayuda profesional para sobrellevar más fácil el dolor, además de respaldarse con el círculo familiar y amical. En esa línea, se puede recurrir al respaldo de la terapia psicológica, grupos de apoyo comunitario y, de ser creyente, apoyo religioso. Además, hay que tener en cuenta detalles que nunca deben descuidarse, como el bienestar propio y el tiempo de calidad con uno mismo y los seres queridos que lo rodean.
Por ello, el cuidado personal con el ejercicio físico, alimentación saludable y un sueño de calidad deben implementarse como hábitos de vida para ocupar el tiempo improductivo del día. Pero, por sobre todas las cosas, hay que recordar que el tiempo de duelo, es muy diferente en todos los seres humanos, por lo que no hay que desesperarse si no se puede retomar la vida social que se llevaba antes de la muerte del ser querido.