El machismo y el acoso político en el Perú son problemas que crean barreras a la participación de las mujeres en política.
A pesar de la Ley de paridad de género, sigue siendo baja la presencia de mujeres como cabezas de lista
De acuerdo con el último padrón electoral que se empleó en las Elecciones Regionales y Municipales 2022, las mujeres representaron el 50.3% de la población electoral, una cifra que no se ve reflejada en los espacios de poder, debido a que solo el 6% de los altos cargos regionales y municipales serán ocupados por ellas.
Esta representatividad de las mujeres es un reflejo de la escasa participación que el actual Gobierno le brinda a las mujeres, teniendo solo seis ministras de un total de 19 ministerios que existen en el Perú. ¿Por qué a pesar de la alternancia sigue siendo poca la representatividad de las mujeres en los altos cargos políticos?
En los últimos años, el Perú ha tenido importantes avances en medidas que garantizan la participación de las mujeres en la vida política, especialmente con la aprobación de la Ley N° 31030 en el año 2020, la cual incorpora la paridad horizontal y vertical, así como la alternancia de género como criterios obligatorios al momento de conformar las listas de candidatos a puestos de elección popular. Esto ha permitido un aumento de candidatas a cargos ejecutivos regionales y de consejo, tanto como regionales y municipales.
Sin embargo, en el tema de alcaldes provinciales y distritales, al no aplicarse esta medida, persiste un reducido número de participación femenina, por lo que ha sido destacable la elección de cinco mujeres alcaldesas en Lima Metropolitana en los últimos comicios del 2 de octubre.
Las candidatas a gobernadoras representaron un 28,5% del total de candidaturas para ese cargo a nivel nacional y el 70,3% de las candidaturas han sido a vicegobernador/a, representando un aumento del 20,8% y 43,2%, respectivamente, en comparación a las Elecciones Regionales y Municipales del 2018.
Un caso contrario se aprecia en las candidatas para alcaldesas provinciales y distritales que, según el Jurado Nacional de Elecciones, representan apenas el 8,1% y el 8,7%, respectivamente.
Los comicios del año 2022 han sido un primer termómetro para las nuevas normativas para promover la participación de las mujeres como cabezas de lista a cargos públicos. Sin embargo, la realidad nos muestra que aún tenemos una baja presencia de las mujeres como cabezas de lista: cuatro de cada diez cabezas de lista son mujeres (38,3%), según el Jurado Nacional de Elecciones.
A esto se suma otra problemática que también ha sido una barrera para la participación de las mujeres en la política: el acoso político. Según la encuesta del año 2014 y la ENCC 2018, una de cada cuatro candidatas a cargos subnacionales ha sido víctima de acoso político a lo largo de su trayectoria. Esta cifra es mucho mayor cuando se trata de participación a cargos ejecutivos, teniendo un 69,6% de mujeres que lo han sufrido.
Los tipos de acoso político más recurrentes han sido las burlas (61,7%) y la difamación (43,3%). Las candidatas a cargos ejecutivos serían las más afectadas por la imposición de actividades por los estereotipos de género, restricción de la participación en eventos y la difamación.
En el Perú, pese a los esfuerzos para la creación de normas que facilitan la participación de las mujeres en la política, aún existen barreras de estereotipos y machismo que nos impiden darles el lugar ejecutivo que muchas merecen.
Tener mujeres empoderadas y con mayor participación política, basándonos en su capacidad para gestionar y sacar adelante los sectores productivos y ejecutivos del país, permitirá que nuevos ejemplos sean seguidos por nuestra sociedad, dejando de lado un paradigma de que los políticos y las políticas “son más de lo mismo” en cada nueva elección.