La hora de elegir...
Se vienen las elecciones y como en años pasados, la mayoría de peruanos comienza a preguntarse, quién de los candidatos o candidatas es el mal menor en este proceso electoral. Es decir, con qué presidente o presidenta aseguraremos otros cinco años de mediocridad, para salvarnos del retraso y la pobreza que nos ofrecen los males mayores. No quiero ni pensar en los candidatos al Congreso de la República. No quiero imaginarme cómo se conformará esa nueva representación, ni qué despropósitos impulsará.
Volviendo a los presidenciables, pienso que para los electores, el panorama no se ha aclarado con los debates televisados, de los últimos días. En realidad los candidatos han dejado más dudas que certezas. Me parece que esto se debe a que la mayoría tiene planes de gobiernos llenos de generalidades y buenos deseos, con muchos huecos e inconsistencias.
Como dicen; para muestra, un botón: el caso de la violencia contra las mujeres. Un tema que creo la mayoría de peruanos y peruanas considera que es necesariomitigar, solucionar y atacar de raíz. No creo equivocarme cuando digo que la mayoría de personas, en nuestra sociedad, estamos horrorizados con las alarmantes cifras de violaciones, asesinatos, acosos o con casos tan terribles como el de Eyvi Ágreda que murió porque se negaba a continuar una relación con un enfermo.
Entonces, lo más obvio y razonable sería que ante esta problemática tan terrible y que necesita de acciones urgentes, todos los candidatos y candidatas tuvieran un plan de acción. Pero no es así. Distintos informes periodísticos nos señalan que muy pocos candidatos cuentan con planes concretos de acción para erradicar la violencia contra las mujeres, la mayoría tiene en su plan de acción solo generalidades y buenos deseos, pero lo más terrible es que hay candidatos que ni siquiera mencionan el tema en su plan de acción.
Eso quiere decir que para muchos candidatos no existe el problema de la violencia contra la mujer y no consideran necesario hacer nada. Un problema que es transversal a todas las peruanas (pobres, ricas o de clase media) no existe para muchos candidatos a ser presidente. No me quiero ni imaginar un futuro donde uno de estos candidatos llegue a la presidencia. Si hoy en día en las comisarías no se quiere recibir denuncias por acoso o maltrato, imagínense con un mandatario al que no le importa el tema.
Solo quiero terminar, haciendo un llamado a las peruanas y recordarles que somos más de la mitad de la población electoral y que podemos hacer sentir nuestro peso político informándonos sobre qué candidatos o candidatas protegen nuestros derechos, nuestra integridad y nuestra vida.