La ética y el liderazgo
La ética es un aspecto fundamental en el desarrollo del liderazgo porque a diario, en cada momento, se nos presentan situaciones en las cuales debemos ponderar nuestro comportamiento. Si estamos haciendo bien o mal; si somos justos o injustos. Más aún en el trabajo y en puestos de liderazgo, nos encontramos con este tipo de dilemas, en dónde debemos escoger entre lo que está bien para todos, para la empresa, para las personas que tienes a tu cargo y para ti.
Pero, ¿qué es la ética?, ¿es lo mismo que la moral? Para empezar diremos que la ética no es otra cosa que la reflexión que hacemos, cada uno de nosotros, acerca de lo que es bueno, malo, obligatorio, permitido y que determinará nuestras acciones. A diferencia de la moral la ética es algo muy personal, es una elección propia, hacer el bien o el mal, transgredir las normas o aceptarlas.
Por otro lado, la moral es un conjunto de normas que la sociedad establece y que se transmiten de generación en generación, como por ejemplo: cuidar la salud y bienestar de los hijos, ser leal y honrar la palabra, no mentir, evitar el incesto, no matar, entre otros. Cada individuo adopta o no estas normas morales. Decide si está bien mentir o decir la verdad, robar o ser una persona honrada. Se podría decir que la ética es una continua reflexión sobre las normas morales que la sociedad nos impone
En el mundo de los negocios, de las corporaciones, donde el liderazgo es tan necesario para evolucionar, la ética juega un punto neurálgico en el desarrollo organizacional. Al fin y al cabo son individuos los que toman las decisiones finales y estas pueden ser correctas o no. Puedes ser el presidente de una gran empresa, un directivo intermedio o solo un trabajador más, en algún momento vas a tener que tomar decisiones que tendrán consecuencias en los demás y en la organización.
En mi humilde opinión, un líder con una ética intachable, puede cambiar una organización y hacerla grande, por dos motivos: el primero es porque va gozar de credibilidad entre las personas que están a su cargo, así como con los proveedores y esto determinará que esa empresa goce de la misma credibilidad en el mercado. Las personas que están bajo el mando de un líder ético saben que las decisiones que se tomen, aunque no les guste, son las correctas. La confianza es importante en el mundo de los negocios.
En segundo lugar, creo que el ejemplo arrastra a los demás a hacer bien o mal las cosas. Si un líder toma decisiones injustas, es probable que sus colaboradores tomen decisiones similares. Al contrario, ser una persona ética hace que tus colaboradores asuman tu estilo y tus reglas como suyas, es decir que se desarrollen paradigmas de comportamiento por ejemplo frente a aspectos tan cruciales como el robo hormiga, el fraude o la alta rotación de personal.
Para finalizar solo diré que lo principal no es hacer dinero de cualquier forma, lo ideal es hacerlo de una manera ética contigo mismo, con tus colaboradores, tus proveedores, tus clientes y con la sociedad.