Presión en el trabajo
La vida es mucho más que el trabajo, pero a veces eso no lo entienden los jefes, por más que seas un gerente y tengas gente a tu cargo. En un mundo donde nos hemos acostumbrado a lo inmediato, muchas personas creen que apretando un botón y haciendo una llamada todos los problemas y situaciones inesperadas se van a resolver.
Hay jefes o gerentes de otras áreas que no tienen consideración alguna y llaman en cualquier momento para ejercer presión y esperan que de inmediato uno les resuelva sus temas. Muchas veces los problemas por los que llaman podrían resolverse en el horario normal de trabajo, no un sábado por lo noche, un domingo por la mañana, el día de tu cumpleaños o en navidad.
En la mayoría de los casos no son urgencias, se trata de resolver temas que se generan por irresponsabilidad, falta de conocimiento y de planificación. En ese contexto, me parece de mal gusto que la gente quiera ejercer presión por cosas que no lo merecen.
En estos casos, es importante “educar” o decirles directamente a tus superiores o colegas que los problemas del trabajo tienen su tiempo y sus procesos para resolverlos. Además, que estos temas deben de solucionarse en los horarios de trabajo. De lo contrario están invadiendo tu privacidad.
En el Perú nos hemos mal acostumbrado a demostrar una falsa competitividad, que en realidad nos obliga a estar pendientes todo el tiempo de lo que vaya a suceder en el centro laboral. Casi, casi como si estuviéramos en la época de la primera revolución industrial, en donde a los trabajadores no se les reconocían sus derechos y menos su dignidad.
Digo que es una falsa competitividad porque una persona que llama a última hora para que resuelvas un tema solo demuestra que no sabe planificar y que no es ordenado. No es competente alguien que no cuida a sus talentos y a sus colaboradores. Pues muchas veces resolver un tema que habían olvidado, requiere de que les malogres el fin de semana a un grupo de personas.
Por otro lado, están aquellos jefes que piensan que ejerciendo presión constante van a tener mejores resultados. Es como me explicaba el otro día un amigo que es amante de la mecánica, si pones a trabajar el motor de tu auto al máximo todo el tiempo, lo único que vas a lograr es fundirlo o malograrlo.
El trabajo es un lugar donde muchas personas coincidimos para lograr objetivos y resolver problemas. Hay ocasiones en donde realmente se presentan verdaderos imponderables que requieren que se resuelvan inmediatamente y lo normal es apoyar realizando horarios extras, pero estos casos se dan en muy pocas ocasiones, no todo el tiempo.
Ejercer una presión constante, quizá en algunas ocasiones te rinda buenos resultados, pero lo más probable es que esta presión sobrepase a los trabajadores y comiencen a producirse errores o incluso accidentes.
Una organización en donde se resuelven los problemas sobre la marcha es una organización que va por mal camino. Le hace falta planificación y orden. Se necesita tiempo, procesos claros y una buena división de funciones para poder atender todos los problemas y si es posible anticiparlos.