Finanzas personales
María es una esforzada joven Huancavelicana, madre soltera de un niño de cinco años.
Trabaja en la playa de estacionamiento donde siempre dejo mi carro. Siempre me doy un tiempo para conversar con ella. Durante varias pláticas me ha contado que llegó a Lima buscando nuevas oportunidades, su primer gran emprendimiento es acabar su educación secundaria. Está en tercero de media en un colegio nocturno. Ella me dice que es aplicada y que cuando acabe el colegio, va estudiar peluquería y cuidado personal. Sueña con tener un Spa.
Hace dos días la noté callada y triste. Le pregunté a qué se debía su abatimiento y ella me dijo de manera sucinta que “tenía problemas”. Ayer, desde que la vi por la mañana me dio la impresión que quería decirme algo. En la tarde le pregunté si iba todo bien con ella. Me miró a los ojos y luego me contó que está muy preocupada y desesperada porque compró un televisor, una cocina y una refrigeradora en una casa comercial. El vendedor le dijo que las cuotas iban a ser cómodas, que solo necesitaba su DNI, que no le iba a traer complicaciones, entonces compró el combo de artefactos eléctricos, sin si quiera leer las letras chiquitas del contrato.
Han pasado unos meses y se ha dado cuenta que las cuotas son más altas de lo que le habían dicho, los plazos son estrictos y se acaba de enterar que existen los intereses. Para colmo de males su hijito está enfermo y tiene que hacer más gastos en medicamentos.
María me dice que va a pagar la deuda y los medicamentos, nada la va parar y va salir adelante. Me revela que le gustaría que en el colegio les enseñaran cómo hacer para sacar un crédito de la manera correcta, qué aspectos debería tener en cuenta, cómo hacer para tener una cuenta de ahorros en el banco, entre otros. “Estoy estudiando física, me piden que mida la velocidad de una mosca mientras viaja en un tren, pero no me dicen qué cosas debo saber para comprar al crédito”, se queja.
Tiene mucha razón, cuando dice que el peor castigo para una persona es la ignorancia. A sus 28 años, María, está aprendiendo de la manera más cruel y salvaje lo qué es la buena administración de las finanzas personales. Y en realidad no es justo.
No me voy a poner en el papel de aquellos que critican que en los colegios se enseñe una u otra materia. En realidad creo que todo suma y todas son materias importantes, es más deberían ser exigentes con la enseñanza de la filosofía. No obstante, creo que ya es necesario que en nuestro país los más jóvenes puedan recibir en el colegio herramientas para poder saber cómo hacer para manejar bien su dinero y principalmente para poder producirlo.
Las finanzas, la economía son determinantes para la vida de cualquiera. Pienso que se le debería dar la misma importancia que a otros cursos. Quizá, incluso, un poco más porque seamos honestos de esto depende la supervivencia de muchos peruanos.