El trabajo y la carga del hogar
La mayoría de mis colegas y amigas que son madres se quejan mucho de la sobrecarga de trabajo a la que son sometidas. No, no se quejan de las empresas donde laboran, ahí no las explotan. Es en sus hogares dónde se cansan, donde las exprimen. Incluso he visto que algunas hacen horas extras para no volver a sus hogares.
Estas amigas sonríen y me dicen que envidian mi soltería. Me revelan que el trabajo en el hogar es intenso. No solo es físico, el agotamiento también es mental porque tienen que planificarlo todo. “Tenemos que estar pendientes de detalles como: si hay pasta dental, qué van a comer los niños, cuándo hay que llevarlos al médico, incluso si están enfermos nuestros esposos nos llaman para saber qué hay que hacer. Y si nos olvidamos de algo, los niños y nuestros maridos ponen el grito en el cielo. Ya me cansé”, se queja Mariela, una colega.
Y es que el trabajo en el hogar se podría decir que es “invisible” porque pareciera que la sociedad en su conjunto no está dispuesta reconocerla. Todos los esfuerzos que hacen las madres en sus casas nos son tomados en cuenta, es como si se tratara de algo que naturalmente ellas debieran realizar.
No debería ser así porque las labores del hogar deben de hacerla y planificarla en conjunto con el esposo, es una tarea que compete tanto al hombre como a la mujer, incluso debería ser compartida por los hijos en ocasiones determinadas.
Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) el valor del trabajo de las mujeres en el hogar, –el cual no es remunerado, no es pagado–, es dos veces mayor al que realizan los hombres. Es decir que las mujeres trabajan el doble que los hombres en sus casas. Los trabajos que más realizan las mujeres peruanas son dar comidas y refrigerios a la familia, cuidar a los niños y adultos mayores.
Pero esto no pasa solo en nuestro país, el machismo es algo que sucede en todo el mundo e incluso en países europeos, las mujeres tienen más trabajo en casa que los hombres, según he podido constatar revisando el primer Informe Global Home Index del 2017.
Si esto les pasa a las mujeres que tienen un esposo que puede ayudarles, ¿qué es lo que pasa con las madres solteras? Me imagino que el reto es aún mucho mayor y para poder lograrlo se deben hacer muchos sacrificios. Me quito el sombrero.
Por otro lado, es importante, señalar que nuestra sociedad valora más el éxito económico que el éxito que una mujer pueda lograr en su hogar y con sus hijos. A nadie le importa si tus hijos son educados o educadas, si en tu casa reina la armonía y el amor. No importa, lo importante siempre será el dinero que ganas, el auto que compras, el viaje que haces en vacaciones.
Lo ideal sería desterrar el machismo y cambiar el paradigma. Que los hombres se involucren más en las labores del hogar y en su planificación. Sin embargo, el éxito de las mujeres en el campo laboral está cambiando poco a poco las cosas, ahora vemos hombres que se hacen cargo del hogar, pero estos cambios aún son mínimos. Las mujeres con familia aún tienen una agenda pendiente con sus maridos y las labores del hogar.